Carta abierta de Celia Lledó: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”

En el pasado Pleno pudimos asistir atónitos al comportamiento de un alcalde que una vez “embestido” de su poder no solo tiene competencias en gestión municipal sino que además se cree en la posición de dar dogmas de fe cristiana.
Y digo “embestido” y no investido porque parece que al Sr. Esquembre le ha cogido el toro por los cuernos y ahora se atreve, desde su sillón presidencial del Pleno, no solo a aprobar con el rodillo de la mayoría del tripartito cinco mociones seguidas en las que se saltan las mayorías democráticas del Ayuntamiento de Villena para la composición de comisiones, sino a decir desde su improvisado púlpito qué está bien para la moral cristiana y qué no.

Así, sin ningún rubor, el alcalde verde, antitaurino, que sin embargo va a autorizar que haya toros en Villena el 7 de septiembre, personalmente no asistirá al festejo porque según dijo el 28 de julio, es cristiano y la fe cristiana no permite ni aprueba este tipo de espectáculos. Y así nos adoctrinó sobre el sufrimiento animal, los espectáculos cruentos y bárbaros y cómo la fe cristiana, que él sí que profesa, no puede aprobar una corrida de toros.

De manera que ¡ay de los pobres gentiles que sí asistamos! Ya no seremos tan buenos y tan puros como él, y si la Iglesia no se atreve a pronunciarse sobre estos festejos, él sí, pues el alcalde Patxi (así es como le gustan que le llamen) tiene poder sobre ésto y mucho más.

Estas son algunas de las contradicciones de este hombre, antitaurino pero que consentirá la corrida del día 7 de septiembre, de aspecto humilde pero arrogante en los gestos, villenense pero con nombre vasco...

Quizás si hubiera ido alguna vez a una corrida de toros hubiera visto que a ella asisten buenos y malos cristianos, religiosos y religiosas, ateos, agnósticos... y hasta alguno disfrazado de vaca o de gitana y que no nos ha confesado su fe. Que la cuestión de los toros no es cuestión de fe y si de gustos tan personales como individuos hay.

Esperemos que la subida del cargo a la cabeza del pasado Pleno se trate únicamente de una enajenación temporal y transitoria debido más al sofoco del momento que a una situación permanente.

Que hay que comprender que no debe ser fácil para un verde consentir que hayan toros cuando él gobierna y a veces los argumentos se pierden “por los trigos de Dios”.