Carta de un ciudadano indignado
“El retraso en conseguir las licencias de obras ha encarecido 42.595 euros el proyecto, obligándonos a ampliar 5 años la hipoteca y nuestra cuota mensual para los próximos 30 años”
Me pensé más de dos veces si enviar esta carta, ya que uno tiene la percepción de que es un tiempo gastado tontamente y que no hay nadie interesado al otro lado para leerla, pero en este caso me voy a dar el gusto, aunque me sirva solo como un instrumento psicológico de desahogo y alivio de tensiones.
Ayer disfrutando de un cortado y leyendo la prensa local me encontré con un artículo sobre la rueda de prensa del concejal Sr. Juanjo Olivares hablando sobre varios temas: inversiones en colegios, sobre el nuevo museo y sobre el tema recurrente estos últimos años, los retrasos de las licencias de obras de construcción.
En este último, el concejal contestaba a otra rueda de prensa realizada por la oposición, en la cual se mostró un papel muy largo con un listado de 300 licencias de construcción pendientes desde 2019, y decía desde la ironía y la “sorna que le caracteriza” que “iba a imprimir el listado de 10.000 expedientes que tramita el ayuntamiento cada año” pero que no lo hacía por ser ecológico. Nada nuevo bajo el sol, los políticos tirándose los trastos a la cabeza. Si no fuera porque soy uno de esos centenares de afectados con esta situación, solo yo sabré las noches sin dormir que me ha supuesto y me parece indignante la actitud del Sr. Olivares.
No dudo del amplio e intenso trabajo del Ayuntamiento, de la gestión de esos 10.000 expedientes, al fin y al cabo, todos sufrimos la extensa burocracia de las administraciones públicas. Burocracia que es la propia administración la que exige al ciudadano para prestar determinados servicios públicos y tramitar los respectivos documentos necesarios para que el ciudadano pueda desarrollar su propia existencia. Todo eso es lo usual, lo rutinario, el día a día de un ayuntamiento. Lo que me llama enormemente la atención es lo extraordinario que supone que un concejal salga en una rueda de prensa a informar sobre las licencias de obra que se han aprobado en un ayuntamiento cuando eso debería ser la normalidad y no ser noticia, en base a mi opinión.
Situación extraordinaria fue la mía cuando, habiendo comprado una casa antigua en un barrio alto de la ciudad, quise derribarla para construir nuestra nueva vivienda familiar. Pedimos una primera licencia de derribo en marzo de 2019 y la licencia de construcción a últimos de ese mismo año. Y resumiendo mucho para no aburrir, el tiempo fue pasando y pasando, hasta que durante el año 2022 se otorgaron las dos licencias, casi 3 años después.
Por el camino, preocupaciones, mucho tiempo y dineros en pedir y pedir más papeles; una atención errática en el departamento de Urbanismo; y los desplantes continuados del concejal de Urbanismo, Sr. Javier Martínez, solo por querer que nos informara directamente del estado de nuestras licencias.
Pero la situación más dolorosa fue que, en todo ese tiempo, el presupuesto inicial de la vivienda se encareció por el aumento de los materiales de la construcción y la energía, en un total de 42.595 euros con la obligación de ampliar 5 años la hipoteca y nuestra cuota mensual para los próximos 30 años de nuestras vidas.
Entiendo que el Sr. Olivares no es culpable de la guerra de Ucrania y de las vicisitudes del mercado de los materiales de construcción, son unas circunstancias extraordinarias y muy frustrantes que deben ser digeridas por quienes nos ha pillado en este proceso de construir una vivienda. Pero es indignante comprobar que quienes podrían haber hecho algo para paliar el daño de la situación habiendo reducido plazos o, mejor dicho, haberlos cumplido en base a la ley, se rían de la situación con “sorna” como si con ellos no fuera la cosa, como si en su sueldo no fuera la responsabilidad de mejorar la vida del ciudadano de a pie y más cuando hablamos de burocracia que el propio ayuntamiento nos obliga a realizar.
Seguro que al ciudadano de a pie se nos escapan muchas cosas del día a día del ayuntamiento, pero se agradecería que nuestros gobernantes no nos tomen por tontos, hagan autocrítica e intenten arreglar el problema, porque aunque el Sr. Olivares no lo crea, visto lo visto, los retrasos en urbanismo llevan tiempo afectando a la vida de la gente y afectando a la economía local porque la gente se está pensando dos veces eso de construirse o rehabilitar una casa, un piso, un local comercial o un campo en Villena porque no les apetece meterse en el “fregao” de pedir una licencia en el ayuntamiento y tirarse dos años lidiando con la administración.
Conozco dos casos de conocidos que han preferido irse a vivir a Sax y Biar respectivamente porque en estos ayuntamientos no ponen tantos problemas y no tardan tanto tiempo en dar una licencia de obras.
Sr. Olivares, menos sorna y más licencias, digitales, eso sí, no gastemos papel, el medio ambiente es lo primero.
Fdo: Un ciudadano indignado.
Desgraciadamente, hace unos cuantos años que ser político no es sinónimo de trabajar para el servicio de los demás, es un nuevo trabajo para aquellos que precisamente buscan un bienestar propio.
¡ Ánimo, sigan votando !
Yo no sé si alguien debería irse a su casa, pero vergüenza debería darle ir por la calle al responsable y a todos sus acólitos.
Pero sucede que es al contrario, piensan que somos tontos y disfrutan haciéndose fotos y publicándolas.
Lo que le ha pasado al ciudadano indignado le ha pasado y sigue pasando por desgracia, por eso se creo en su momento el colectivo de afectados.
El daño que hacen politiquillos que carecen de los conocimientos y las ganas de trabajar supone que se conviertan en un lastre social, individuos que han visto en un sueldo publico sin presentarse a oposiciones el modo de vida más acorde con sus facultades.
En su momento reclamabamos que simplemente no se movieran, pues parece que vienen a estorbar, pues carecen de cualquier cualificación diferente a esa.
En su momento yo era un portavoz del colectivo, y la gente tenia miedo. Te contaban lo que les pasaba pero no querian dar su nombre pues temian que si lo hacian la represalia fuera volver a colocar su expediente al fondo del cajón y las empresas ni os digo.
Habian casos como el de indignado, tambien habia empresas con gente en el paro esperando que abrieran para empezar a trabajar, personas con casa en propiedad pagando alquiler, emprendedores que tuvieron que renunciar a su sueño, gente incapacitada que no podia salir a la calle pues carecia de ascensor y no les daban licencia, etc.
Todos ellos acabaron pagando mucho más por culpa de un tecnico chulo donde los haya y otro chulo incompetente que llamaba acosadores a los que iban a urbanismo a preguntar por su tema al que le deseo un pronto restablecimiento. Les daba igual.
Mintieron, mostraron expedientes privados a miembros de la prensa local para justificarse, presionaron a ciertos medios para que no hablaran del tema, y negaron el pan a la gente de aqui y posteriormente perdieron el culo para darle licencia a una multinacional en las mismas condiciones. Eso en las noticias le llaman prevaricación.
Resumiendo. Asco.
A todo esto, españa va bien…., y Villena de Culo.., ya casi no contamos en la provincia…
Por supuesto, muchos deberian irse a su casa… Verguenza???’, que va POSTUREO Mucho
Resumiendo. Asco de ayuntamieno y de sus dirigentes…
Mientras tanto McDonald y Lidl recién abiertos en Ibi…
Y el McDonald de Villena p’a Yecla.