Algunas veces ocurren cosas puntuales que pueden marcar el destino de una ciudad, para bien o para mal, de por vida. Villena es una ciudad que a lo largo de los años está siendo maltratada a discreción: llegada masiva de basura desde toda la Comunidad Valenciana, expolio de agua hasta el punto de que un día nos beberemos la de la depuradora y ahora un paro galopante están dejando a la localidad en una situación si no catastrófica, sí deprimente.
Por si no tuviéramos bastante, el único reclamo que tiene esta ciudad, nuestro Castillo, está siendo transformado últimamente y de ser el mejor castillo de la provincia, va a ser el más ridículo jamás visto. Todo por el capricho de Bellas Artes, Conselleria y algún miembro del gabinete técnico de nuestro ayuntamiento, que quieren recuperar el conocido falso Almohade, rayas blancas sobre el encofrado, simulando ser bloques de piedra. Si como Almohade eran falsas, ahora es súper falso, por no decir repugnante, humillante o mejor todavía terrorismo arquitectónico.
¿Por qué profanación? Porque para pintar estas monstruosas rayas, se ha borrado todo resto de las auténticas rayas que todavía se podían apreciar pintadas por las manos de los almohades, de las cuales ya no quedan ni rastro. Se han tapado parte de los agujeros originales donde iban ancladas las maderas del encofrado. Lo que resistió durante cientos de años a guerras, invasiones francesas, fenómenos meteorológicos e incluso al abandono total, estos iluminados se lo han cargado en tan solo unos días.
Estas rayas se pintaron antes de construir la parte de arriba del castillo y parte de las almenas, por lo que recuperarlas ahora es algo anecdótico. Un ejemplo: ningún castillo de la provincia restaurado o construido nuevo, como es el de Castalla, las tiene. Somos el conejillo de indias donde experimenta este sanedrín de profanadores.
Como ciudadano de Villena y vecino del Castillo, espero que el daño todavía se pueda reparar, porque si no condenarían a este pueblo a ser el hazmerreír de toda España.
Si desde el Ayuntamiento nos quieren vender la imagen de una Villena turística, más les valdría ponerse en pie de guerra y dejar de darles palmaditas en la espalda a unas personas que utilizan nuestro castillo como banco de pruebas. Ellos se irán y nosotros nos quedaremos con ese esperpento para el resto de nuestros días.
José Ángel Díaz Hernández
