Apaga y vámonos

Causa y efecto

Causa y efecto, además del título de una canción de la insufrible Paulina Rubio, es una ley metafísica –también conocida como Ley de Consecuencia o de Retribución– que viene a decir que todo lo que hacemos en nuestra vida trae una consecuencia, positiva o negativa, que dependerá de la causa puesta en movimiento. No existe el azar, la buena suerte o la mala suerte, sólo los resultados.
Así, por ejemplo, tenemos una causa: A José Luis Rodríguez Zapatero, ese rojo peligroso que se ha llenado la boca durante dos años diciendo por activa y por pasiva que iba a situarse al lado de los trabajadores y los más desfavorecidos para vadear juntos esta crisis que tanto daño nos está haciendo, resulta que sin embargo, y al dictado de los dioses del capitalismo, le ha faltado tiempo para socorrer con los millones que hagan falta a la banca y el gran capital mientras elimina prestaciones sociales, recorta sueldos a los funcionarios, se carga inversiones productivas y necesarias para nuestro futuro y nos aprieta aún más el cinturón con la subida de impuestos. El efecto está claro, y coinciden todas las encuestas. ZP está más fuera que dentro de la Moncloa, siempre que Rajoy no haga otra de las suyas, nos presente a una niña repelente como aquella (ojalá le haya salido actriz y lesbiana) y siga cuatro años más fumándose un puro y leyendo el Marca.

Pero esa causa-efecto me resulta muy lejana, así que prefiero otra que nos pille más a mano. La Generalitat, sin ir muy sobrada de dinero que digamos, por no afirmar que está en realidad en quiebra, se gasta la pasta de los valencianos en chorradas como plazas de toros, circuitos de Fórmula 1, televisiones públicas vergonzantes o Copas Américas incomprensibles en lugar de construir, es un suponer, prometidos hospitales o anunciadas plantas de tratamientos de residuos. La consecuencia primera está clara: por un lado, Villena se queda sin ampliación del Centro Integrado y sin Hospital de Día Oncológico, por mucho que el PP nos lo prometiera en campaña electoral (¡hay que ver lo que le gusta al PP prometer hospitales!) y hasta el Conseller Manuel Cervera viniera a nuestra ciudad a repetir la promesa, y por otro nuestra ciudad sigue siendo la principal destinataria de la basura que Francisco Camps no ha sabido ni sabe gestionar.

No obstante, y clara las consecuencias primeras, a mí en realidad me gustaría llegar a la segunda, que lo mismo me vale para el adalid de las clases desfavorecidas y trabajadoras que para los heraldos de la sanidad pública y la gestión eficiente y honesta de los residuos: ¿Me has tomado el pelo, político de turno, seas de la administración que seas, central, autonómica, provincial o local? Pues ahí va la consecuencia: en las próximas elecciones te va a votar tu santa madre, que no tiene ninguna culpa de que tu seas un hijo de.

De actuar todos igual, otro gallo nos cantaría, señora.

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