Como ya habíamos anunciado en este mismo periódico, los nacidos en 1936 que formamos el reemplazo de 1957 nos reunimos el pasado 7 de octubre para conmemorar este aniversario, celebrando para ello un día de convivencia estando acompañados por nuestras esposas y alguna viuda de los compañeros ya fallecidos.
La jornada se inició con la celebración a las doce de una misa en la Parroquia de Santiago, en recuerdo de los fallecidos, dirigiéndonos unas palabras el párroco D. Ángel Bonavía a todos los presentes y a los que ya no están entre nosotros las cuales fueron muy emotivas.
Se leyó una nota antes del ofertorio por uno de los componentes de la Quinta, en la cual reflejábamos algo de cómo es nuestra vida actualmente, y tras su lectura dos señoras, una de ellas viuda, en representación de nuestras esposas, llevaron desde el fondo de la Iglesia dos ramos de flores en recuerdo de los difuntos, interpretándose en esos momentos un silencio de trompeta por Francisco Gaspar Tomás, que todos escuchamos puestos en pie muy emocionados, siendo muy aplaudido a su terminación.
Tras acabar la ceremonia dimos un pequeño pasacalles acompañados por un equipo musical propiedad de un componente de la quinta, recorriendo la Corredera, Paseo Chapí y adyacentes dirigiéndonos a la sede de los Moros Nuevos, donde nos esperaba una suculenta comida.
Se leyeron unos pareados que se repartieron a todos los asistentes para quedar como recuerdo, brindando por los presentes y ausentes, antes de dar comienzo el aperitivo y la comida. Tras la sobremesa hubo intervenciones de todo tipo, cante, poesías, chistes, monólogos En fin, todo lo que requieren estos momentos de plena tertulia y compañerismo.
Terminamos a media tarde con el firme propósito de que lo hagamos todos los años, ahora más todavía teniendo en cuenta que, lógicamente, poco a poco iremos faltando alguno.
Con este pequeño resumen damos punto y final a la celebración de este Cincuenta Aniversario.
