City / Simcity
Se trata del título de la pieza teatral que cierra la Trilogía Hardcore Videogames del dramaturgo Jordi Casanovas. Con ella finaliza el autor su incursión en el mundo de los videojuegos, aquellos que han sido más representativos para los adolescentes que nacieron a finales de los ochenta y principios de los noventa (Wolfenstein, Tetris y Simcity). El espectáculo es una producción de Germinal producciones, Cía. Flyhard y la Sala Beckett y fue programado el pasado sábado dentro de la Muestra de Autores de Alicante.
El problema que aborda City
es paralelo al que ya nos encontramos en otros textos dramáticos como El método Gronhölm; problemáticas contemporáneas utilizadas quizás para poner de manifiesto la gran importancia que damos en nuestro tiempo a nuestro estatus laboral. El trabajo que desarrollamos nos sitúa social y económicamente y eso da pie a una batalla contra oponentes y elementos que nos puede hacer olvidar nuestro entorno y nuestra propia vida. El trabajo que desarrollamos nos concede un estatus social, una realización profesional, y puede que tristemente un poder económico con tal poder de seducción como para alejar de nuestro pensamiento un modo filosófico de entender la realidad. City
muestra el desencanto de un grupo de trabajo que no ha logrado ser elegido para desarrollar un nuevo proyecto en la multinacional donde trabaja. A partir de esta premisa se desarrollan sentimientos de rencor y de odio hacia las labores que se hacen día a día, hacia los altos cargos que han desestimado su proyecto y hacia la multinacional que los emplea. Surgen pensamientos que condenan al pobre al desempeño de tareas de poca importancia y al rico a posiciones de alto nivel. El texto casi de forma determinista encierra a cada clase social en un cajón laboral del que no puede salir.
Ante tales planteamientos los tres trabajadores de esta multinacional intentan sabotear la empresa que les niega un ascenso laboral. La magia, la carta que esconde la propuesta radica en un juego de elipsis temporales que hacen saltar en el tiempo la acción y muestran al espectador los resultados de determinadas decisiones tomadas por los personajes. En cuanto al trabajo escénico hay que resaltar la limpieza con que el reparto trabaja en escena, ya no sólo en los diálogos sino en la gestualidad y la presencia escénica. Vemos un gran trabajo en el equipo de intérpretes, tanto como para hacernos olvidar a los castellano parlantes que la obra transcurre en catalán, con grandes momentos emocionales repartidos entre todos los componentes que son solventados sin exageraciones ni dramatismo. City
es un espectáculo que se deja querer, aunque no consiga hacernos olvidar que dentro del panorama contemporáneo siguen existiendo propuestas mucho más innovadoras y arriesgadas como las que acostumbran a plantear Rodrigo García o Angélica Lidell entre otros