Ciudadanos al borde de un ataque de nervios
Sea cual sea el resultado de las próximas elecciones locales, esta legislatura va a pasar a la historia con dos muescas notables en su haber: como la de las inversiones, porque venga de dónde venga el dinero lo cierto es que se ha hecho mucho, y como la de la inexplicable, incongruente y surrealista ruptura del gobierno con el mayor respaldo de nuestra democracia.
Villena está viviendo unos episodios más propios de un delirio de Almodóvar que de una ciudad que, más allá de las legítimas diferencias entre sus representantes públicos, tiene como objetivo común trabajar por el bien de todos sus habitantes. El espectáculo en el seno del Partido Popular, la posterior marcha-expulsión de los ahora concejales No Adscritos, los bochornosos episodios de adhesión inquebrantable y las cortadas de pelo, la ruptura no menos bochornosa del PSOE, un gobierno mayoritario en minoría, mociones de Pleno que no sirven para nada, la guerra de firmas y contrafirmas con dictadores al fondo, la existencia de un superávit millonario producto de las dificultades que supone gobernar con un presupuesto prorrogado cuando asociaciones y proveedores se las ven y se las desean para cobrar
no son más que las mil y una caras de una crisis de gobierno inaudita y absurda.
El último episodio de esta crisis, acaecido en el Pleno del pasado jueves, no hace más que poner de manifiesto que nuestro ayuntamiento vive en un estado de esquizofrenia y desequilibrio con el que podría hacer maravillas mi admirado Billy Wilder. Vean si no: el PP nacional manda una moción-tipo a todas sus agrupaciones para votar en los ayuntamientos contra la subida del IVA acordada por el Gobierno Central. En Villena, los primeros en hacerla suya y presentarla son los concejales No Adscritos, aunque después el PP también hace lo propio, con lo cual se llevan dos mociones idénticas a Pleno. En el orden del día se incluye primero la moción del PP, que es aprobada con los votos de PP, CNA y Verdes, oponiéndose únicamente el PSOE. Un rato después se trata la moción, idéntica, presentada por los CNA, pero como desde el PP se les considera unos tránsfugas, el equipo de gobierno se une al PSOE a la hora de oponerse, y así el PP vota contra el PP y la moción es desestimada. Es decir, que el ayuntamiento de Villena vota a favor de una moción en un Pleno y, en esa misma sesión, el ayuntamiento de Villena vota en contra de la misma moción. No me dirán que no es para ser portada con rechifla en todos los periódicos nacionales.
Así las cosas, ya no sé si lo nuestro debería filmarse como un enfermizo esperpento de Almodóvar o una comedia disparatada de Wilder, por lo que tal vez apostaría por el humor anárquico y enloquecido de Groucho Marx. Lo que es seguro es que nos llevábamos el Oscar de calle. A la estupidez, desde luego. Pero un Oscar al fin y al cabo.