Comidas y cenas
Como adelantábamos la semana pasada, ha llegado la navidad y con ella una cantidad de celebraciones indirectas de las que una de ellas, viendo en las fechas que estamos, está de rigurosa actualidad, las cenas y comidas de empresa. Algunos, los más adelantados, la han celebrado ya para evitar la masificación y las reservas imposibles, otros ni tan siquiera han reservado y seguramente acaben celebrándolas en día laboral, teniendo en cuenta que el ambiente no es el mismo si al día siguiente hay que trabajar.
Sea cual sea el oficio y el puesto, incluso si trabajan en un restaurante, con la navidad llegan las celebraciones, los trabajadores por cuenta propia, autónomos, son los únicos que tienen excusa, o mejor dicho aprovechan la excusa y se montan una cena con quien sea, los funcionarios hacen almuerzo, comida y cena, en los negocios familiares se cena en casa y los que están en el paro seguro que pronto encuentran algo.
Al igual que comer es una función vital del ser humano, ir de comida o cena en fechas navideñas es un acontecimiento del que no se salva nadie. Si no es con la empresa es con la familia, si no con los amigos o los compañeros de estudios, si no con los de la petanca, con los del gimnasio, con los del encaje de bolillo o con los del fútbol, y si no, sólo hay que inventársela. Todo el mundo intenta aparentar que va por compromiso, aunque en verdad es porque, si paga la empresa, no se puede desperdiciar una velada así. En estas reuniones las anécdotas laborales son el tema de conversación por excelencia, todos tienen alguna que contar y conforme sube el nivel de alcohol en sangre de los asistentes sube también el tono de las bromas, pasando de ser tímidas a meterse hasta con el jefe.
La elección entre comida y cena puede ser un gran dilema. Mientras que, teóricamente, las comidas son más cortas, siempre pueden ser más peligrosas si se acaba empalmando con la cena, pero las cenas son juerga asegurada, porque por lo normal se continúan tomando una copa en un sitio donde seguro habrá más gente que también haya ido de cena, por lo que si la cena no consigue ser un éxito puede arreglarse un poco. Lo que está claro es que el único posible inconveniente de una cena de empresa es tener que trabajar al día siguiente, aunque sabes que no vas a ser el único en llegar tarde y ojeroso, sabes que no vas a poder escaquearte porque todo el mundo va estar igual o peor que tú, sobre todo los jefes. Debido al desmadre generalizado, el menos pintado se convierte en el centro de la fiesta, aunque siempre hay algunos que desfasan en varios aspectos, por eso algunas empresas optan por una cena con noche de hotel incluida para evitar tener que conducir luego a casa cargado con unas copas de más en cada oreja. Después de la reunión también es normal encontrar a mucha gente que habitualmente no te encuentras y los hay de los que para una vez que salgo y hasta que tocan fondo. Y aunque no es muy común ligar en una cena de empresa, cuanto más grande sea la empresa más probabilidades hay, pero aun así son escasas, aunque sí es cierto que puede ser el desencadenante de sentimientos o deseos reprimidos durante el año laboral y que puede ser un momento propicio para entablar una relación, pero esto es tan impredecible como el propio amor.
En el caso de que sean dueños de un negocio o empresa y no hayan reservado ya en algún restaurante, les recomiendo que se den prisa o que pospongan la comida o cena a otras fechas, siempre consultando a los empleados. Otra opción puede ser hacerla en día laboral pero recuerde que puede ser perjudicial para la producción de la propia empresa o negocio. Los que han sido jefes mucho tiempo dicen que antes las cenas o comidas de empresa eran después del sorteo de la lotería y si tocaba algo se iban a celebrarlo. Ahora como hay más disponibilidad económica es como obligado, como una paga doble, como un extra por Navidad, y algunas empresas lo sustituyen por un paquete navideño. Si tienen la oportunidad no dejen de acudir a sus respectivos compromisos y que pague la empresa.