Cultura

Comienza el Espacio Joven

Dirán que ya ha comenzado. Que ya comenzó. Que ya se ha utilizado. Que ya han pasado jóvenes por allí. Lo que no me quita la idea de celebrar su inicio. Su despertar. Para mí empieza ahora. Con la puesta en marcha de actividades programadas. Abierto los fines de semana. Dando la cara. Asumiendo el riesgo de las metas. Preparado para enfrentar el reto. Armado de paciencia, ilusión, objetivos, estrategia. No es un terreno fácil donde moverse. Es un trabajo duro. Como cuando se levantó nuestra Casa de Cultura o nuestro Teatro Chapí. Encontrar un público, seducirlo, mantenerlo, estudiar sus gustos, no dejar de lado a las minorías.
Ahora que comienza a funcionar nuestro Espacio Joven, creo que es necesario reivindicar el respeto que requiere un proyecto de este tipo. Porque su mirada debe estar puesta a medio plazo. No se trata de una feria de atracciones. No se trata de conseguir un público puntual programando un espectáculo de gran atractivo. Que también. No se trata de llenar a toda costa, de cumplir con números: propios del sector de ocio privado. Es más difícil: servir de espacio de ocio a jóvenes de unas determinadas edades, atender sus intereses, proyectar los siguientes pasos, crecer junto a ellos, dejarse modelar por ellos. Hasta la Utopía, por supuesto. Nos hace flaco favor entonces la inmediatez, los resultados. Pienso que habrá que armarse de paciencia, más bien habrá que concienciarse del ritmo de los procesos: hablamos poco menos que de la formación de una mini-sociedad: relaciones, afinidades, interrelaciones grupales, costumbres…

Calculo como aprendiz de cubero que hasta al menos dentro de un par de años no podremos intentar a evaluar la estrategia de intervención que el Espacio Joven ha desarrollado en Villena –no me refiero a la evaluación del personal involucrado en el proyecto, que seguro que lo hará con metódica asiduidad, sino del resto de población–.

No pediría un voto de confianza, sino el tiempo necesario para que pueda florecer el proceso. Pediría que más tarde que pronto se comenzara a cuestionar el funcionamiento del Espacio Joven, que no se hiciera por cualquier actividad puntual. Porque es un bocado muy fácil de dar en unas carnes que están en crecimiento, todavía tanteando el espacio que van a ocupar. Y parece que Villena ha enfermado de Politicatitis. Una enfermedad que hace pensar hacia el lado donde no está la ciudad, el lado que ocupan las siglas, los argumentos políticos. La Politicatitis, que te hace tratar a las cosas, a las personas, a los animales, al entorno, al tiempo, como fichas, como números, como armas. Por el contrario, las personas sanas, debemos apostar porque todo funcione bien en beneficio general. Dar tiempo, apoyo y cariño, eso hacemos las personas sanas (aunque sea con control y cierta severidad).

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