Estación de Cercanías

Como el queso de gruyere

No sé ustedes, pero yo ando “revolicá”, como dicen en este pueblo, con tanto acontecimiento que llega de la mano de doña campaña electoral para las municipales 2007; que si los Verdes presentan su programa electoral en San Antón, que si el PSOE lo hace en la Kaku, pero presentando un programa de gobierno, que si el alejamiento, que si la zona cero de lo populares, como ven una agenda para no aburrirse. Y una veces por invitación personal de algunos de sus miembros y otra por curiosidad pura y dura de la abajo firmante; y si quieren que les diga la verdad, es un espectáculo curioso cuanto menos y digno de meditación con total seguridad.
Porque esto ya no hay quien lo pare, la distracción está servida, los carteles están puestos, las gargantas frescas y preparadas para proclamar lo buenos que son todos, los bien que lo han hecho ellos y lo nefasto de sus vecinos, sus inmaculadas intenciones y sus frescas ideas en el punto mas álgido y vivo posible, las caras de las candidatas y los candidatos luciendo una muesca a modo de sonrisa nos miran desde lo alto de farolas, árboles o semáforos y nos acompañan en cualquiera de nuestros paseos, y los globos de colores, las plantas, los bolígrafos, trípticos y afabilidad llenan las mañanas de los sábados. Pero me van a permitir que comparta con ustedes la comparación que mentalmente me queda de lo presenciado hasta el momento, de las muchas palabras escuchadas, de los gestos observados y, mucho me temo, de lo que me queda por ver.
Todos conocemos el grafismo más utilizado para mostrar de un modo más sencillo y visual resultados de encuestas o porcentajes, ese quesito que dividido en porciones nos acompaña casi a diario; pero es de otro tipo de queso, el suizo, del que quiero hablarles, es esa variedad la que mi cabeza relaciona con los mítines y presentaciones que los candidatos y candidatas a gobernar nos ofrecen en esto días de campaña electoral.

Como bien sabrán el gruyere es un tipo de queso que resulta muy dulce al paladar, como las palabras que todos nos dicen e intentan hacernos creer, cuenta además con una agradable textura, muy fina, semejante al ambiente cordial y cercano como el que todos acondicionan sus convocatorias, pero este queso, contra estos apetitosos atributos, también tiene unos negros agujeros, grandes y vacíos. Agujeros que hacen que la tajada de dicho alimento reduzca su cantidad a la mitad, o sea, que cuanto más queso menos queso, ¿me pillan? Cuanta más tajada más vacío, con la consecuencia que todos pueden imaginar: cuantas más promesas, pretensiones, intenciones y grandes proyectos, menos posibilidades de rematar los cuatro años dando una imagen de logros conseguidos; cuanto más hueco menos verdad, pues pretensiones y buenas ideas no son sinónimo de realidad, y hasta el día de hoy ninguno de los aspirantes han conseguido rellenar con sus puestas en escena estos grandes agujeros tan llenos de aire y faltos de materia como la total ausencia de oscuros puntos que nadie toca, que parecen no existir en esta Villena a todas luces perfecta. Oquedades que absorben temas tan importantes como el del agua, que sigue tan parduzco como la que dicen algunos van a traernos, o la marginalidad y todos sus satélites, así como los grandes asuntos nacionales que por lo visto a nosotros no nos alcanzan, llamémosle corrupción inmobiliaria; y es que de estos negros hoyos sólo sacan, a modo de nuevos retos e ilusiones y sin ningún pudor, los mismos proyectos prometidos desde hace décadas y nunca conseguidos por ninguno, creyendo equivocadamente que la memoria ciudadana sufre de amnesia cuatrienal.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba