Bienvenidos a esta nueva sección, en la que me comprometo a informarles, desde mi experiencia diaria, sobre la actualidad económica y los mercados financieros, con el fin de poder ayudarles en sus decisiones de inversión.
La economía es cambiante, y yo siempre me acuerdo de mi abuela. La principal diferencia en nuestras casas es la nevera: la suya siempre tan llena y la mía tiritando
Las vivencias personales dan lugar a que nuestro comportamiento varíe ante una misma situación, y esto mismo ocurre con el ahorro y las finanzas. Conocer nuestras necesidades, marcar un objetivo en términos de rentabilidad, planificar y llevar a cabo una estrategia, es clave para alcanzar el éxito en la inversión de nuestro patrimonio. Así lograremos llenar nuestra nevera con los productos necesarios para una dieta variada y equilibrada, es decir, ahorrar con acierto.
Hace pocos años, rentabilizar nuestros ahorros y no perder el coste de la vida (inflación) era sencillo. Los más conservadores invertían su dinero de forma segura a través de Plazos Fijos / Depósitos Bancarios, producto que nos garantizaba tanto la rentabilidad a obtener como el capital aportado (hasta 100.000 euros por entidad y titular). Sin embargo, ya no se puede contratar este fabuloso producto sin riesgo porque, hoy, los bancos no necesitan nuestro dinero, ya que lo obtienen gratis del Banco Central Europeo. Así, el tipo de interés que nos ofrecen siempre se encuentra por debajo de la inflación, por lo que es imposible obtener una rentabilidad real con esta inversión. Entonces, lo que parece no tener riesgo en realidad sí lo tiene, pues nuestro ahorro pierde poder adquisitivo (la inflación crece más que la rentabilidad que consigo). Por el contrario, los más arriesgados rentabilizan sus ahorros invirtiendo en bolsa o productos mixtos, caso que trataremos en próximos artículos.
Independientemente de cuál sea nuestro perfil de riesgo, rentabilizar nuestros ahorros se ha convertido en un reto, ya que nuestro dinero no puede perder valor de cara a nuestra jubilación, afrontar el pago de una vivienda, financiar la carrera de nuestros hijos o hacer frente a cualquier inversión por pequeña que sea. Por ello, es hora de afrontar la situación, conocer los productos disponibles y no dejar que su patrimonio pierda valor adquisitivo.
Hasta ahora tan solo conoce algunos de los productos (solo en España podrá encontrar alrededor de 7.000 fondos de inversión comercializados) que le habrá ofrecido su entidad financiera hablándole de sus buenísimas rentabilidades y sus ventajas fiscales... Pero, ¿sabe si este producto es el que mejor se ajusta a su perfil? Curiosamente, a su abuela, hermana o vecino le han ofrecido el mismo producto. ¿No se pregunta por qué le ofrecen productos similares? ¿Acaso sus necesidades son las mismas? Generalmente las entidades financieras ofrecen los productos en campaña, colocan producto y venden por objetivos, lo que nos lleva, en ocasiones, a contratar productos que benefician más a la entidad que al inversor.
Sin embargo, su dinero es sensible y valioso, debería cuidarlo y no contratar productos que favorezcan únicamente a su entidad. Por una vez sea un poco egoísta, mire por sus intereses, no asuma riesgos innecesarios y disponga de su dinero cuando usted lo necesite. Si tiene claros sus objetivos, la forma de alcanzarlos y llenar su nevera se encuentra en la trastienda de su entidad. Pregúntele a su gestor, pida que se los muestre.
