Cómo (y cuánto) escribe Andreu Martín
Abandonad toda esperanza, salmo 327º
Fuimos a Barcelona, triunfamos y volvimos. El curso sobre novela y cine negro de Els Juliols de la Universidad de Barcelona fue todo un éxito, aunque como ocurre casi siempre con estas cosas, buena parte de lo mejor que vivimos allí tuvo lugar entre bambalinas; y no hablaré de lo estupendos que son como anfitriones el escritor David C. Hall y Teresa Navés, esta última coordinadora de las jornadas, porque eso entra en el ámbito de lo privado y estaría muy feo contarlo aquí. Pero sí puedo decirles que me traigo un magnífico recuerdo de la comida que compartimos con Andreu Martín, que vino con su buen amigo Louis Diaz (para más señas, neoyorquino de padres asturianos y ex agente de la DEA encubierto durante décadas en la mafia negra de NY, ahí es nada), y que desde que se sentó a la mesa demostró por qué es como es y por qué se dedica a lo que se dedica. Me refiero a Andreu, no a Louis Diaz; y es que Andreu es un narrador nato. Un cuentacuentos por vocación.
Para cualquiera que quiera estudiar seriamente la novela policíaca escrita en nuestro país, Andreu Martín es -junto con muy pocos nombres más: acaso Francisco González Ledesma, Juan Madrid y Manuel Vázquez Montalbán- la referencia inexcusable. Y lo lleva siendo desde finales de los 70 y comienzos de los 80, cuando publicó novelas que hoy son clásicos contemporáneos de nuestras letras criminales como Aprende y calla, A navajazos o la fundamental Prótesis. Luego vendrían otros títulos como Por amor al arte, Memento de difuntos, Bellísimas personas o Corpus Delicti, por no mencionar sus libros a cuatro manos con Carles Quílez (qué bien me lo pasé leyendo aquel Asalto a la Virreina) o Jaume Ribera, junto al que creó a un personaje memorable, Flanagan, que conocerán muy bien sus hijos si han alcanzado la Secundaria y se leen lo que el profesor de Literatura les manda leerse.
Después de teorizar sobre la escritura en artículos sueltos y conferencias de las que he tenido el placer de escuchar unas cuantas, Andreu publica ahora Cómo escribo, que se vende como "Una guía práctica y apasionante para escribir una buena novela". Lo de si es práctica no puedo asegurarlo porque todavía estoy en ello, pero pueden apostar a que es apasionante ya que la leí casi entera en el viaje de vuelta. Que luego sirva o no para que escribamos nosotros una novela es lo de menos: solo por deleitarse con la opinión del autor, de sus amigos escritores y de los clásicos literarios que cita acerca del oficio de escribir ya vale sobradamente la pena.
Otra lectura que cayó en dicho trayecto fue Ocupante, galardonado con el Primer Premio Internacional de Cómic Costa Brava, y que también escribe Andreu aunque lo dibuje otro: Jacobo Navarro. Si esto sorprende a alguien, sepa que este autor empezó su carrera como guionista de tebeos en Bruguera, escribiendo un buen puñado de historias del Sir Tim O'Theo de Raf y de La panda de Segura. La historieta es un medio al que Andreu siempre le ha sido fiel, y recientemente nos ha dado novelas gráficas como Dimas, Máxima discreción o este Ocupante que se aleja del género negro para sumergirse sin prejuicios en el fantástico más desatado... pero sin dejar de lado nunca ese sentido del humor (aunque sea muy negro) del que siempre hace gala. Amigo Andreu, como siempre, ya sea leyéndote o escuchándote: fue un auténtico placer.
Cómo escribo / Com escric y Ocupante están editados por Now Books y Panini respectivamente.