Abandonad toda esperanza, salmo 300º
Imagino que la mayoría de ustedes serán más previsores que yo y ya le habrán hecho el trabajo sucio a Santa Claus. Si no es así, o si son de esos clásicos que prefieren celebrar la más castiza Noche de Reyes y por lo tanto cuentan con algo más de margen para realizar sus compras, aquí encontrarán algunas sugerencias. Eso sí: solo para sus familiares, amigos y amantes lectores. Si buscan perfumes o calcetines -cómo he odiado siempre que me regalaran calcetines por estas fechas-, no los encontrarán aquí.
Vamos con el que considero sin lugar a dudas el libro del año, aunque en realidad sean tres: con la aparición del tercer y último volumen culmina la publicación en nuestra lengua de la monumental edición anotada de todo el Sherlock Holmes original por parte de Leslie S. Klinger, el cual ha realizado una labor titánica estudiando, prologando y comentando a pie de página todas los relatos y novelas que Arthur Conan Doyle le dedicó al personaje que acabó dándole la inmortalidad. Ya en su día les hablé de alguno de los tomos anteriores, pero es ahora cuando puede comprobarse en toda su magnitud las excelencias de un legado literario inagotable, y en este caso con una edición de lujo que quita el hipo. Si regalan este libro quedarán como un señor; si regalan los tres, probablemente el agasajado les amará incondicionalmente hasta el fin de los tiempos. Si le gusta Holmes, claro.
A quien sí le gustaba Holmes era a Jorge Luis Borges, que como recordarán creó junto a su cómplice Adolfo Bioy Casares a un particular investigador, Isidro Parodi, así como una colección, El Séptimo Círculo, dedicada a recopilar la obra policíaca de autores como James M. Cain o Nicholas Blake. No sé si Borges es mi escritor favorito (al menos uno de mis diez predilectos, eso seguro), pero sí es al que releo más habitualmente y con mayor delectación. Tanto es así que es uno de los pocos de los que voy acumulando diferentes ediciones de las mismas obras; entre mis últimas adquisiciones, todos sus cuentos y toda su poesía recopilados en dos volúmenes a un precio más que competitivo. De los cuentos, qué les voy a contar que no sepan ya, y si no saben nada no sé a qué esperan para lanzarse a leer piezas maestras como Pierre Menard, autor del Quijote, El inmortal, La casa de Asterión o El Aleph, el cual si no es mi cuento preferido poco le faltará. De su producción poética, subrayar que se la tiene mucho menos en cuenta de lo que merece, y que en sus versos, como en su prosa y sus ensayos, o en el mismo Aleph, se contiene todo un universo inabarcable.
Donde también encontrarán todo un universo por descubrir es en mi cómic favorito de los últimos años: ya les hablé en su día de Planetary, la obra maestra de Warren Ellis. Pero es que ahora cuenta con una edición integral y a tamaño aumentado que permite disfrutar como nunca de las espectaculares ilustraciones de John Cassaday, que junto con Ellis crea el más fascinante, sorprendente, adictivo y rendido homenaje que jamás se le haya hecho a la cultura popular, la ficción pulp y el cine de entretenimiento. Esa misma cultura popular a la que pertenecen Sherlock Holmes -que se deja caer, y mucho, por Planetary- y de la que Borges y Bioy llegaron a denunciar que le faltaba "el prestigio del tedio" según "un inconfesado juicio puritano: considerar que un acto puramente agradable no puede ser meritorio". Regalen buena literatura, y dejen el prestigio para los turrones de Jijona.
Sherlock Holmes anotado. Relatos II; Cuentos completos y Poesía completa; y Absolute Planetary están editados por Akal, Lumen y Norma respectivamente.
