En este país, el pillo es el que vence, o al menos así parece desprenderse de lo que está sucediendo desde hace tiempo con la especulación urbanística. Hartos estamos ya de oír como se llevan los ayuntamientos nuestros bienes y nuestros ahorros de toda una vida. Así el caso más famoso el de Marbella, por poner un ejemplo. Sin embargo, estos hechos totalmente ilícitos también pueden ser llevados a cabo de manera " legal" por la artimaña de la expropiación. Es lo que está sucediendo en la localidad de Sax, en el interior de la provincia de Alicante.
Resulta que hace unos cuatro años se aprobó un proyecto del SEPIVA para la construcción de un polígono industrial. El Ayuntamiento de Sax en su momento dijo sí al proyecto. Posteriormente, con el cambio de gobierno en la alcaldía sajeña, se dijo que no; y ahora la señora alcaldesa cambia de opinión y dice que sí a la expropiación para crear dicho polígono. Esto de la expropiación es simple y llanamente un robo: a nosotros los propietarios nos pagan por nuestros terrenos una miseria y el ayuntamiento de Sax, los vende a los empresarios que quieran instalarse en ese polígono por muchísimo más de lo que nos han pagado. Vergonzoso. Y encima tienen la cara dura de decirnos en una carta que (y transcribo textualmente) "vaya por delante esta excelente noticia".
Aquellos propietarios que quieran vender están en su legítimo derecho, por supuesto, nadie les quita la razón y yo la primera, pero que se aseguren de que el precio que les pagan es el justo, porque detrás de la expropiación está la especulación, o sea, comprar a bajo coste y vender lo mismo a muy alto precio. No nos dejemos engañar, es un robo, un atraco, en plena democracia. Ejemplo sencillo: un terreno es pagado a un precio de 12.000 euros a su propietario por parte del ayuntamiento y luego es vendido a los empresarios interesados por un valor infinitamente mayor; todo ello en aras del desarrollo económico local. Inaguantable, intolerable, insoportable, inaudito (bueno, esto último parece que no es así del todo, véase a diario los informativos televisivos y léase los diarios y periódicos de nuestro país). Unamos, pues, nuestras fuerzas para parar este abuso sobrenatural de los poderes públicos.
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Fdo.: María José García Llamas
