Cultura

Cosas de casa

Lo vi el sábado por la tarde. Me lo enseñó Javi Ruescas en el Colosseo. Había escuchado algún tema en Radio 3; Tomás Flores lo ha dejado caer en la versión reducida del Siglo XXI que conduce ahora. Aún así no se ha empañado ese pequeño estado de nervios que uno sufre al sujetar entre las manos el libreto del disco y busca con cierta ansiedad el nombre conocido entre sus páginas. No lo encuentro entre los componentes de Cycle, se deberá a algún tipo de estrategia empresarial, porque sí apareció en el libreto del otro grupo de David Cano. ¡Ah!, pero al final lo encuentro: Juanjo Reig. Aparece firmando la guitarra y el bajo de algunos de los temas que componen “Sleepwalkers”, última entrega de Cycle.
También Rafa Ferrándiz y David Tomás andan metidos en giras musicales por toda España. A las baquetas de la batería y a la guitarra respectivamente, van completando el elenco que Kracovia presenta en sus directos. Hablar con ellos sobre la gira del grupo resulta tópicamente doloroso, es hablar del fantasma que ata al artista a la vida donde los gastos no se cubren con arte. Si seguimos hablando de circular cargando con instrumentos quizás alguna las queridas personas todavía no sepa que Luis Jiménez y Toni Prats han regresado del continente africano, tierras a donde viajaron para vivir, aprender y completar, además y por supuesto, un circuito de conciertos donde dejar que sus sonidos vibraran entre otros árboles y bajo otras nubes.

También tenemos noticias en el terreno escénico del estreno en Madrid de la última propuesta de Sexpeare: El título de esta obra no es mi madre. El espectáculo vuelve ahora del Festival de Teatro de San Sebastián, donde parece que crítica y público han consolidado este último eslabón que continúa la apuesta que Rulo Pardo y Santiago Molero iniciaron hace ya quince años. He reservado el hueco final para hablar del hombre que comparte conmigo desde hace casi cuatro años un castigo helénico: la condena de saber –la sabiduría siempre castigada por las deidades griegas– que mientras ustedes no separen nuestras páginas nuestros rostros permanecen inarmónicamente pegados. Tan lejos y tan cerca, mi compañero en estas páginas culturales (repudiadas desde el principio por el 33,3% de la dirección editorial) ha lanzado el anuncio de la publicación de su primer libro Hasta donde el cine nos lleve. De este modo Fran J. Ortiz, firmante del vecino “Abandonad toda esperanza”, así como de su versión bloguera corregida y ampliada, se biloca en los comercios del ramo –librerías, no floristerías– con disposición para entrar en nuestras casas o en nuestras vidas para hablarnos de lo que, como siempre, a él le da la gana y, preocupantemente o no, a muchas almas nos interesa.

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