Creando autistas (carta al director)
Si el propósito del inventor/es de la llamada tablet era que cierta gente se quedase más obnubilada que inflada a tripis lo están consiguiendo con creces, por estas que son cruces, ¡ea! Basta ver a pseudo-informáticos de salón utilizar dicho aparato para darse cuenta que en lugar de aprender algo lo que crean a su alrededor es una burbuja que los aísla totalmente del mundo mundial.
Pero como la misión encomendada en la vida de los Grandes Hermanos es, o creen que es, la de tener a la gente o gran cantidad de ella bajo su yugo, harán y hacen lo que quieren, pues los estamentos oficiales y mundiales se benefician de ese enyugamiento. Para que luego digan.
Que la red de redes es, para algunas cosas, un gran invento, pero para otras (bien mirado) es y será una autentica defecación, porque a veces el mejor botón que tienen los ordenatas es el de apagado, ya que de los libros también se aprenden cosas, aunque solamente sea calzar una cojeante mesa.
Si el Bill Gates ese y sus secuaces piensan que autistando a gente sus abarrotados bolsillos lo van estar más, que piensen que con un servidor de nadie no van a conseguir na de na, porque ya lo harán sacándose de no sé dónde una magistral fórmula curativa, previo gran pago, con la cual sanar al personal quedando así como sanadores de todo mal. Como dije en su momento: ¡Y un mierdo pisao!
Y como ya me cansé de hacer el primo, este cuya inteligencia la lleva en una bolsa se va por la barranquilla. Lo dicho, la vida es un camino de rosas, cierto es. A unos les tocan los pétalos, a otros las espinas y los más son los capullos. Hasta más ver, pues. ¡Au!