Cuando el río suena (Carta al director de Pablo Castelo)
El pasado1 de abril, el diario Información publicaba un articulo titulado la Plaza de Toros desafina en el que se describe la deficiencia acústica del coso, también referencia que el pasado 26 de marzo se inauguraba la plaza y que el día 28 el equipo de gobierno aprobaba una dotación económica adicional por importe de 42.400 euros para paliar esta deficiencia en las instalaciones.
Resulta sorprendente la facilidad de disponibilidad de esa partida económica, resulta sorprendente la celeridad en la redacción de un proyecto que recoja las necesidades que requiere la instalación de sonido, resulta sorprendente la celeridad en licitarla y que tres empresas estén preparadas, resulta sorprendente que tres empresas en tan poco tiempo liciten a la plica, resulta sorprendente que en tan poco tiempo el equipo técnico del ayuntamiento, analice las plicas y presente presupuesto y resulta sorprendente la celeridad del equipo de gobierno en adjudicar la obra, muy rápido todo pero que sorprende.
Pero lo más sorprendente de todo es que en el Anejo a la memoria de Equipamiento Acústico, pg 97 del Proyecto Básico de la Plaza de Toros, nos dice que el equipamiento acústico se compone de 32 cajas acústicas DAT tipo Bass-Reflex de 2 vías pasivas 1x12de 600W. 8 ohms SLP. 98.5 60hz.A 18,5khz., 8 etapas de potencia DAT de 2x600W.RMS a 4ohms., con ventilación forzado y 2 ud de Rach y procesador digital.
En el resumen de presupuesto por capítulos del Proyecto Básico de Restauración de la Plaza, en el capitulo XV-Instalación de comunicación y sonido, adjudica a este capítulo un coste de 25.100 como presupuesto de ejecución material, a esto hay que añadirle el 6% de beneficio industrial por un importe de 1.506, más un 13% de gastos generales por importe de 3.263, a la suma de todo ello habrá que aplicarle el 16% de IVA, por un importe de 4.779, con lo que da un total de la partida de 34.648, con lo que se entiende que el sonido de la plaza debería de funcionar.
El caso es que no funciona como debía de funcionar y la reparación por negligencia de alguien nos cuesta más que la instalación nueva y prevista en el proyecto, que si nadie lo remedia le tocara pagar a los mismos, a los ciudadanos.
Esperemos que no se repitan las anomalías y tengamos que seguir ampliando el coste a lo inicialmente previsto como coste de la obra.
Por Iniciativa Independiente
Pablo Castelo Pardo