Opinión

Cuando la «solución» es parte del problema

En estos últimos días he oído varias veces que Villena ha vivido un “momento histórico”, porque el Príncipe, acompañado de algunas de las altas autoridades de nuestro país, la han visitado, inaugurando una nueva estación de Alta Velocidad. De esas que se han empeñado en construir por toda España, consiguiendo una línea de AV tan amplía que es la más extensa del mundo después de China, superando a otros países europeos mucho más grandes.

¿Acaso los niños tendrán que recordar en el cole la fecha del 17 de junio de 2013? Venga ya, es que suena muy ridículo eso de “no os quejéis villeneros que esto es algo histórico”.

Por poner algún ejemplo, el Tractac D’Almirra representa un momento histórico para nuestra comarca, la insurrección anarquista del 33 marca un momento decisivo de la historia de España o el Movimiento 15-M, que ha movilizado las manifestaciones más numerosas de la última década.

Pero, ¿qué cambio supone para la sociedad una estación más de AVE? ¿Nos tenemos que sentir aquí privilegiados porque se haya construido en Villena una ostentosa infraestructura, en lugar de en Elda o en Almansa?

Desde mi punto de vista, los cambios que implica ese ostentoso edificio no son a priori ninguna necesidad. Para los residentes en Villena, como yo, supone diez o veinte minutos más de tiempo, quizá, para llegar a Alicante o a Madrid, ¿a cambio de qué? Pues de una o puede que varias necesidades más. En primer lugar nos imponen la AV, si te gusta bien y si no, no viajes en tren, prueba a comprarte un coche…

Yo misma no encontraba, hasta ahora, un medio más asequible para viajar a Cuenca (donde estudio) que el tren de larga distancia, lo podía coger en la estación de siempre, cerca de mi casa y de cualquier punto de Villena, porque es una ciudad pequeña. Ese tren ya iba muy rápido, en una hora y media estaba allí, y con eso me conformo. Pero ahora, cualquiera que sea el precio de los billetes de AVE, tendré que cogerlos a menos que encuentre una forma mejor de llegar a Cuenca.

Claro que los ciudadanos de Villena no salimos tan mal parados como los vecinos de otras localidades cercanas que, antes de esta nueva prolongación de la AV, podían coger trenes de larga y media distancia desde allí, y ahora tendrán que venir hasta Villena. Porque aquellos trenes han sido sustituidos por otros que requieren de una bonita, y de costoso acceso, infraestructura calificada de “hecho histórico”.

Pero parece ser que, a este respecto, los villeneros solo debemos tener en cuenta la suerte que hemos tenido por lo importante que va a ser ahora Villena y por no ser nosotros quienes tengamos que desplazarnos a Elda o Almansa para viajar en tren.

Al menos, eso es de lo que nos intentan convencer algunos concejales y cargos políticos de nuestro municipio, que han estado muy ocupados intentando aparentar que la llegada de la Alta Velocidad a nuestra comarca es un mérito propio, como si a los ciudadanos nos pareciera de antemano algo positivo.

Por mucho interés que haya tenido nuestro Ayuntamiento en que la estación esté en Villena, este hecho no supone ninguna solución, es parte del problema. Además, la “estación perdida del AVE” es un proyecto del Estado, del Gobierno de España, al que poco le importa que se inviertan 11’5 millones de euros en un edificio inútil. La propuesta es que todos viajemos en Alta Velocidad porque es "un signo de desarrollo, que contribuye a la vertebración territorial del país…"

Los cargos municipales están empeñados en que veamos el bien que han hecho con este proyecto, en el que ellos ni pinchan ni cortan, y en que nos dejemos de críticas para ser prácticos. Pero es que la putada nos la han hecho a todos.

Ser pragmáticos sí, pero ¡Ay!…ya nos obligan a demasiadas cosas, no nos obliguemos a creer esa “parte positiva”, que son los intereses de los de arriba. No nos dejemos engañar, que la ignorancia no es la fuerza.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba