Abandonad toda esperanza

Cuestión de magia

Abandonad toda esperanza, salmo 375º
Volvemos de las vacaciones, y no les pondré en un compromiso preguntándoles si leyeron algo de lo que les recomendé (o algo que no, la cuestión es leer); tampoco si han visto algún estreno, aunque eso seguro que sí porque con la que está cayendo hay días que solo por el aire acondicionado ya valdría la pena pagar la entrada aunque no proyectaran nada; bueno, eso tampoco, pero ya me entienden. Yo sí he ido al cine un par de veces, y me he llevado un chasco y una grata sorpresa. El primero tiene por título Lobezno inmortal, la apuesta de la factoría Marvel para este verano y con la que la crítica está siendo particularmente benevolente, sobre todo porque se la está comparando con la anterior aventura en solitario del personaje que al parecer decepcionó a todo el mundo... menos a mí: quizá por eso, porque aquella no me pareció tan mala, esta no me parece tan buena. Sobre todo teniendo en cuenta que se inspira en una de las mejores historias de los cómics: Honor, escrita por el gran Chris Claremont y dibujada por un Frank Miller años antes de convertirse en una estrella gracias a Sin City, 300 y otros tebeos cada vez menos redondos. A pesar de contar con semejante material de partida y de que el carisma de Hugh Jackman ya se antoja indiscutible, el realizador James Mangold, un artesano por lo general inspirado pero sin un ápice de personalidad, poco puede hacer con el mediocre guion de la propuesta. Y lo peor es que nos quedaremos con la duda de qué habría hecho con todo esto Darren Aronofsky, el primer director contratado para el film y que llegó a empezar a preparar el proyecto.

Pero como no todo van a ser disgustos, la cartelera también nos ofrece la rabiosamente entretenida Ahora me ves..., dirigida por otro que también ha hecho sus pinitos en Marvel: Louis Leterrier, director de El increíble Hulk. Vaya por delante que el que busque una obra maestra no la va a encontrar aquí, pero lo que sí encontrará es un relato que mantiene en vilo al espectador durante dos horas, con un reparto de muchos quilates y donde (como no podía ser menos) nada es lo que parece. El film viene a ser una mezcla de las películas sobre atracos a lo Ocean's Eleven con las historias de magos, pero de los de mentira (o sea, de los de verdad: en plan David Copperfield o Juan Tamariz, no como Gandalf o Harry Potter), y que no es que sea la mejor película sobre el mundo de la prestidigitación (ese mérito lo atesora la excepcional El truco final), pero que sí me parece el mejor film comercial que hay ahora mismo en cartel, sin contar sagas o franquicias y a la espera de poder ver Expediente Warren y Guerra Mundial Z, que llega a los cines hoy mismo.

Hablando de espectáculos de magia: otra película recomendable, esta una comedia ambientada en ese mundo, es The Incredible Burt Wonderstone, un film francamente divertido aunque totalmente inofensivo que ofrece, entre otros alicientes, una de las últimas apariciones de James Gandolfini, el mítico Tony Soprano que falleció hace poco a edad bien temprana. Un actor al que hemos visto recientemente en dos títulos magistrales como Mátalos suavemente y La noche más oscura, en los que estuvo (sobre todo en la primera) igual de magistral, y cuya pérdida es sin duda una terrible noticia para los admiradores de los actores de carácter (y no la única: también ha muerto hace unos días Dennis Farina), que deja el recuerdo de un intérprete soberbio sin excepción al que habría que homenajear estrenando con prontitud esta Burt Wonderstone en los cines. Pero no: al parecer nos llegará directamente en formato digital, y dando gracias. La magia está de capa caída, y no solo la de los magos; también la del cine.

Lobezno inmortal y Ahora me ves... se proyectan en cines de toda España.

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