Cultura

Cultura y Juventud

O Cultura y Fiestas, o Educación y Fiestas, o Juventud y Educación. El caso es que pasados los años todavía no he terminado de dilucidar cuál debe ser binomio perfecto, y quizá ninguno lo sea, o quizás lo mejor sea no interesarse por ninguna de las parejas propuestas y considerar irrelevante tal asunto.
En cualquiera de los casos no debería presentar ningún conflicto que el reparto de las citadas áreas se relacionara con una misma persona, con dos o con cuatro, aunque esto es algo que en la práctica no ha resultado, quiero decir que los conflictos en relación a espacios, infraestructuras, personal y actividades han dado muchos dolores de cabeza y los seguirán dando mientras no se establezca una relación óptima entre estas concejalías que, en más de una ocasión, deben solicitar ayuda de algún tipo a las demás. Incluso si simplificáramos el asunto veríamos cómo tan sólo la concejalía de Cultura ya presenta conflictos como los mencionados en su seno interno, o sea, en las relaciones entre Casa de la Cultura, Teatro Chapí, Asociaciones Culturales y Asociaciones de Barrio, pequeños problemas que van desde la cesión de una escalera o un foco hasta la asignación de personal para una actividad.

En relación a las áreas de Cultura y Juventud, que son digamos las que mejor conozco, dos nuevos concejales se enfrentan a un eterno status quo: actividades y programas perpetuados a lo largo de los años con escasas reformas que los sitúen en los tiempos que corren y que respondan a las problemáticas y gustos actuales. Reformas que alguien alguna vez tendrá que llevar a cabo y que yo sólo cito a modo de liebre: campamentos de verano, semana del libro, concursos de narrativa, hip hop o cómic (este último organizado desde Bienestar Social sin un apoyo real por parte del resto de concejalías), apoyo a grupos de música locales así como a los de teatro o de cualquier otra índole… Continúo enumerando aquí, dentro de la cabeza, y a medida que lo hago soy más consciente de todo aquello que hemos ido creando y que hemos ido perdiendo: conciertos locales, celebraciones artísticas, festivales… Pérdidas no irreparables, pero sí pérdidas que denotan un descuido que se ha ido contagiando en nuestra población. La falta de cuidado en los pequeños brotes hacen que se deformen o mueran, y la falta de cuidado por todo aquello que no está consagrado ha sido más que notable en nuestra ciudad. Veremos los próximos presupuestos y les diré el camino que nuestros nuevos gestores han decidido tomar. Mientras tanto habrá que dar la bienvenida a Paco Abellán y a José Joaquín Oliva, y también habrá que desearles empeño, creatividad y dedicación, en sus manos está la reivindicación de unas áreas más importantes de lo que aparentan.

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