Fiestas

De Corazón a Corazón. Pregón de Fiestas 2006

A continuación reproducimos de manera íntegra el Pregón de Fiestas 2006, pronunciado por Vicente Prats Esquembre, Hijo Predilecto de la Ciudad de Villena, el pasado día 5 de septiembre desde el balcón principal de nuestro Ayuntamiento:
Autoridades, Ainhoa y Silvia, Regidoras Mayor e Infantil, madrinas, capitanes y alféreces, festeras y festeros, villeneras y villeneros:

Significa para mí un honor que, la Alcaldesa de la ciudad, me haya distinguido con el privilegio de pronunciar el Pregón de nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, y lo hago con emoción contenida, y con orgullo de villenero que no trato de disimular, al anunciaros, de corazón a corazón, el comienzo de la más importante conmemoración ciudadana que se celebra en nuestro pueblo. A vosotros, que directamente lo escucháis y a los que lo seguís por los diversos medios de comunicación, mi cordial saludo.

No he mencionado a los forasteros, porque en esta hospitalaria ciudad de Villena, que ostenta orgullosa los títulos de Muy Noble, Muy Leal y Fidelísima, si siempre se les acoge con afecto, desde el día 5 al día 9 -es innecesario citar el mes- los consideramos como a unos villeneros más, a los que recibimos con un fraternal abrazo, disponiéndonos a compartir con ellos, como hermanos en la Fiesta que nos iguala y nos une, nuestro gozo y alegría, y así mismo dirijo mi mensaje a descendientes de conciudadanos nuestros que proceden de otras tierras o lugares, y que hoy se encuentran en esta emblemática Plaza de Santiago, para decirles que están pisando suelo que también es suyo. Ser todos bienvenidos, estáis en vuestra casa.

En esta hora seductora y mágica de las 12 del día 5, también propicia para el recuerdo, el pregonero tiene presente a todas las villeneras y villeneros que residen en otros lugares, incluso muy lejanos, y aunque hoy se hallen ausentes, sé que aman a su pueblo con más intensidad si cabe que los que estamos en él, porque sienten la nostalgia de su Patria Chica, como el hijo que no goza de la presencia de la madre. No importan diferencias horarias, porque en su corazón, se encuentren donde se encuentren, tenemos la seguridad de que el reloj, en este momento, señala las 12. Que sepan y sientan que los estamos recordando, que están aquí con nosotros, en Villena, la nuestra, la de todos.

También, precisamente en esta ocasión, deseo traer a la memoria colectiva el nombre de un ilustre conciudadano, que trabajó incansable y eficazmente por y para la Fiesta, y que aunque ya no está físicamente con nosotros, sí lo tenemos en el pensamiento: Alfredo Rojas Navarro, Hijo Predilecto de nuestra ciudad y Primer Presidente de la Junta Central.

Así mismo, no quiero ni debo olvidarme de aquellos hogares villeneros que por cualquier contratiempo o desdicha no pueden participar de los festejos que celebramos en estos inolvidables días, pero que sepan que el pregonero, desde este histórico balcón, con cariño fraterno, les envía palabras de aliento y esperanza.

En estos instantes de nostalgia y recuerdo, desearía evocar algunos emotivos acontecimientos de nuestra historia festera.

Hace 90 años, que a esta hora, del mismo día que hoy, 5 de septiembre del año 1917, un repique general de campanas anunciaba el comienzo de las Fiestas; el Alcalde constitucional D. Miguel Esquembre Fita, izaba desde este lugar el pabellón de la ciudad, y daba principio, por primera vez, la Fiesta del Pasodoble, que personalmente me trae recuerdos entrañables. También otro 5 de septiembre, pero de 1967, hoy se cumplen 40 años, desde aquí, igualmente por primera vez, el Alcalde D. Pascasio Arenas López pregonaba las Fiestas de su pueblo.

En aquellos tiempos, concretamente al comienzo de los años veinte del pasado siglo, las comparsas que iniciaron la Entrada desde la Losilla al Portón no superaban el número de siete. Permitirme que las enumere: Moros Viejos, Moros Nuevos, Romanos, Bando Marroquí, Estudiantes, Marineros y Cristianos. Con cada una de ellas, unos cuantos festeros que, ilusionados, aunque muchos carentes de medios económicos, porque percibían exiguos salarios, defendían las Fiestas que se encontraban en una preocupante decadencia.

Hubo quien en aquellos momentos advirtió del peligro de su desaparición, y alguno, aunque hoy nos parezca increíble, deseó que tal hecho sucediera, y que el “arcabuz, la pólvora, el sable y el turbante fuesen sustituidos -dijo- (…) por otros festejos que nos harían olvidar pronto las viejas comparsas”.

Pero los que se oponían a la realización de las Fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran en honor de Nuestra Patrona la Virgen de las Virtudes, consideraron que aquellos festeros claudicarían ante las adversidades que año tras año tenían que superar; lo que no valoraron fue el entusiasmo, la ilusión y el coraje que les hizo cumplir lo que se proponían: haceros llegar la herencia recibida de sus antepasados, para que dignificándola la transmitáis a vuestros descendientes.

Posteriormente, otras excelentes comparsas, Realistas, Nazaríes, Bereberes, Piratas, Contrabandistas, Maseros, Ballesteros y Almogávares, igualmente con inolvidables festeros, fueron naciendo con el mismo espíritu e idéntica ilusión para que las Fiestas continuaran perviviendo, porque no todo han sido mieles y rosas en su ya largo caminar. A todos los que ya no están con nosotros, por su abnegación en defensa de las Fiestas, quiero tenerlos presentes en esta hora, porque al recordarlos, vuelven, una vez más, a pasar por nuestros corazones, ya que el transcurrir del tiempo no les debe condenar al olvido; sintámonos orgullosos de quienes fueron nuestros antecesores.

Villeneras y villeneros, existe otro importante momento que no deseo silenciar. Es aquel en que la Virgen inicia el recorrido desde el Santuario a Villena, su pueblo, seguida por una inmensa multitud de peregrinos. Mi reconocimiento para los creyentes que la veneran, y también para aquellos que aún no siéndolo, la acompañan y reciben con respeto, y bien pudiera suceder, por qué no, que alguno, en momentos de tribulación, eleve su mirada hacia ella en demanda de protección, o que al contemplarla, recuerde el amor que le tuvieron seres queridos que ya no se encuentran junto a ellos. La Morenica, esculpida magistralmente por las hábiles manos de otro insigne villenero, Antonio Navarro Santafé, es y debe ser siempre principal protagonista de nuestros festejos, porque a través de los siglos ha formado parte del patrimonio de Villena y de todos y cada uno de los que hemos nacido en ella. A nuestra Virgen de las Virtudes, debemos honrarla siempre como merece.

Muchas fechas, por su trascendencia, forman parte de nuestra más reciente historia festera; pero hay una que deseo poner de relieve: la del día 2 del mes de octubre de 1987, en la que la Junta Central acordó la participación de la mujer, que intervino por primera vez en las Fiestas de 1988, y lo hizo no sólo aportando su belleza, sino dando ejemplo de desfilar con garbo, elegancia, y con unas Cabos que, por si existía alguna duda, provocaron con su arte la admiración del público que las contempló, y que hoy continua admirándolas. Enhorabuena a las festeras de mi pueblo.

Nuestras Fiestas tienen ciertas singularidades: como la participación sin cortapisas ni exclusiones, la alegría desbordante en esa esperada y gozosa víspera de nuestro Día 4, las guerrillas y embajadas en el incomparable escenario del histórico castillo de La Atalaya, la Conversión del Moro en el Altar Mayor de la iglesia de Santiago y en el Santuario de Las Virtudes, las que producen un justificado sentimiento de orgullo de todo un pueblo, y con el respeto para las restantes, nosotros las consideramos las mejores.

En nuestros días se habla de realizar modificaciones en ellas, y eso es motivo suficiente para ser muy cautos si alguna tenemos que llevar a cabo; cuidemos sus aspectos fundamentales, entre otros, los desfiles, porque de no hacerlo, podemos perjudicar su prestigio y razón de ser.

Considero, y así lo deseo manifestar, que una de las más importantes aportaciones a la Fiesta, es la que realizáis los cabos de escuadra, por vuestra bizarría, personalidad, don de mando y buen hacer, virtudes que no debéis malograr. Villena, desde siempre, ha sido cuna de excelentes cabos; en el Veinticinco Aniversario de vuestro Colectivo, os hago llegar mis parabienes porque de sobra los merecéis.

Igualmente felicito a las escuadras de “Oloneses” y “Garfios”, de los Piratas, a los “Arcabuceros” de la comparsa de Nazaríes y al “Grupo Los Perlas” de los Marinos Corsarios, que hoy conmemoran sus 25 años, como también a la comparsa de Moros Nuevos, por su cincuenta aniversario de Cábila, y permitidme que lo haga, asimismo, de corazón a corazón, a los músicos de las excelentes bandas que nos acompañan en estos gozosos días, porque sin su colaboración, que es fundamental, la Fiesta no sería lo mismo.

Aprovecho esta circunstancia para honrar a un extraordinario compositor villenero, ya desaparecido, Quintín Esquembre Saez, autor en 1922 del pasodoble “La Entrada”. Tengo la seguridad que esta obra musical, que hoy cumple 84 años, seguirá siendo interpretada por la Banda Municipal, cuando cada día 5 de septiembre se inicie el desfile, y que el nombre de su autor, permanecerá en el recuerdo del pueblo que lo vio nacer.

También proclamo con orgullo, la complacencia que me produce el que las comparsas no sólo promuevan actos festivos, sino que cada vez, con más frecuencia, impulsan iniciativas de apoyo a obras sociales que necesitan ayuda. Gracias por ese ejemplo que dais de solidaridad.

Aunque lo considero innecesario os invito a todos a la diversión, pero con respeto y tolerancia hacia los demás. Disfrutar el instante, recrearos en el momento, son solamente cinco días y hay que gozarlos intensamente.

Que rueden las banderas y estalle la traca; que se inicie el desfile; que se escuche el estruendo de la pólvora; que parlamenten los embajadores; que se entable una lucha incruenta entre moros y cristianos; que los cabos dirijan los bloques de festeros y festeras con su inigualable gallardía y buen hacer; que las escuadras especiales desfilen con sus maravillosos atuendos, que la alegría desborde vuestros corazones…

Y ya por último, agradezco a la Alcaldesa la oportunidad que me ha brindado de pregonar nuestras Fiestas, de dirigirme a mis paisanos y a las gentes que nos visitan, a quienes doy las gracias por haberme hecho el honor de escucharme.

Termino mi pregón con el ferviente deseo de que nuestras Fiestas continúen por el camino de la solidaridad y convivencia, concordia, amistad y alegría compartida.

Festeras y festeros, villeneras y villeneros, las fiestas del año 2006 comienzan en este instante, disfrutarlas y ser felices.

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