Sociedad

De San Francisco a Nueva York a través de la Ruta 66, penúltima etapa de los 6 aventureros villenenses

El fin del viaje se aproxima, y ya queda poco más de una semana para que regresemos a Villena. La experiencia que estamos viviendo todo el grupo es mucho más positiva de lo que esperábamos. Atrás queda ya aquel 18 de mayo en el que comenzamos, en Londres, la aventura más importante de nuestras vidas.
Ha sido una gran idea, para esta etapa, hacer la Ruta 66 en el sentido inverso al que se realiza habitualmente. Como decíamos en el resumen de la etapa anterior, alquilamos una furgoneta en San Francisco –no pintada con flores al más puro estilo hippie, como la queríamos, pero sí mucho más acondicionada para este largo trayecto de 4.000 kms, que atraviesa hasta nueve estados. Un aire acondicionado bien potente y mucha bebida para hidratarnos durante el camino porque, entre otras zonas, hemos tenido que atravesar los desiertos de Arizona –espectacular el Gran Cañón del Colorado– y Nuevo México, además de todo el norte de Texas.

Además de los paisajes, hemos alucinado con el “paisanaje”, especialmente los moteros, que por miles, y llegados de todo el mundo, aprovechan el verano para cumplir el sueño de recorrer esta mítica Ruta. También sorprende mucho el respeto a las normas de circulación y los límites de velocidad en EE.UU., a lo que sin duda ayuda una elevada presencia policial y una estricta política de sanciones a la más mínima infracción (damos buena fe de ello).

Durante esa parte de la ruta nos hemos ido alojando en los típicos moteles americanos, que son tal y como conocíamos de las películas. No más de tres plantas, posibilidad de aparcar en la misma puerta, máquinas para adquirir comida, bebida o hielo y un constante trasiego de visitantes, especialmente moteros y camioneros. ¿La comida? Buenoooo… Afortunadamente los desayunos son potentes y muy baratos, con lo cual el resto del día puedes apañarte con cualquier cosa. Eso sí, no ha habido forma humana de conseguir cambiar el bacon por un trozo de jamón serrano.

La Ruta 66 como tal no atraviesa todo el país, sino que empieza (o termina) en Chicago. Allí hemos podido pasar un par de días para descansar del viaje en furgoneta y disfrutar de esta impresionante ciudad y el lago Michigan, cuyas orillas están plagadas de pequeños pueblos con embarcadero y atestados de turistas en esta época del año. Y el último tramo de nuestro viaje por EE.UU., el que va de Chicago a Nueva York, lo hemos hecho en tren, relajados y disfrutando de los no menos espectaculares paisajes de un recorrido que atraviesa lagos y bosques y nos ha permitido ver, aunque sea de pasada, lugares como Cleveland, Pittsburgh y Filadelfia. La sensación de la llegada a Nueva York, con esos increíbles rascacielos levantándose sobre el horizonte, ha sido espectacular, aunque al mismo tiempo un poco triste, porque significa que esto se acaba. Nos quedan apenas unos días para disfrutar de la Gran Manzana y en breve tomaremos un avión hacia Londres, punto de inicio de nuestro viaje.

Si no hay problemas con los vuelos y enlaces, llegaremos a Villena el día 6 de agosto, y entonces os diremos quiénes somos, además de enseñaros el completo álbum de fotos y recuerdos que Paco ha ido elaborando a lo largo de esta increíble aventura, la “vuelta al mundo villenera en 80 días”. Muchas gracias por vuestro interés y nos vemos muy pronto.

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