Fuego de virutas

Delito

Impartiendo "Historia de España" nos satisface el afirmar, como afirman algunos sociólogos e historiadores, que una de las conquistas importantes de la democracia española, democracia todavía joven se diga lo que se diga, ha sido la de reconciliar a la ciudadanía con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que de ser durante el Franquismo instituciones principalmente represoras al servicio de un Estado dictatorial –al ordeno y mando del Régimen– pasaron a convertirse en Fuerzas al servicio del pueblo español. Cuerpos al servicio de la Nación. No sólo al servicio de quienes gobiernan la Nación.

Pero el hecho que hoy traemos empaña esta afirmación. Hecho que desearíamos anécdota si no lo viviéramos próximo por sentirnos próximos a sus protagonistas. Desde que la Biblioteca Pública de Orihuela tuvo que cerrar por las tardes debido a los dichosos recortes, que aquí han afectado al personal y por ende a las posibilidades de dar un servicio en un horario más amplio, han venido celebrándose concentraciones de protesta en las puertas de la misma. En una plaza donde ni siquiera se altera el tráfico de la ciudad. Concentraciones solidarizándose con los trabajadores afectados y exigiendo una mayor dotación a fin de que se pueda atender dignamente un servicio de lectura.

En una de estas concentraciones los organizadores consideraron que la protesta podría ser más significativa leyendo durante la misma algunos fragmentos del Quijote. En aquella ocasión intervino la profesora Luisa Pastor, profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Tháder de Orihuela. Luisa Pastor recita muy bien. Por esta afición y arte ha ganado reconocidos premios con el grupo Auralaria, en el que también participa nuestro amigo y profesor Álvaro Giménez, a la sazón esposo de Luisa. Auralaria realizan montajes literarios y actos ligados a la literatura que destacan por su refinado gusto, por la exquisitez en todos los detalles. Quien tenga curiosidad puede escudriñar algunos de sus trabajos en YouTube o en el blog del grupo. Luisa Pastor participó con algunos alumnos en aquella protesta poniendo voz al Quijote. Finalizada la misma, recogiendo los trastos, se le acercaron dos individuos en chándal pidiéndole la documentación. Cuando Luisa, sorprendida, les solicitó que se identificaran, le acusaron de haberse significado en la protesta y le amenazaron con llevarla, a ella y a algunos alumnos, a comisaría. Tensión y rabia.

Puede entenderse, en aquellas circunstancias y recientes algunas experiencias violentas en Valencia, que la autoridad quisiera controlar las movilizaciones a fin de garantizar la paz social. Y que ningún altercado perjudicara a cualquier ciudadano. Pero si en aquella lectura-protesta del Quijote no pasó nada, que no pasó, los policías camuflados en chándal podrían haber guardado su discreción y dando media vuelta informar a sus superiores que lo que allí fue aquella tarde fue leer y reivindicar servicios para poder leer. Nada más.

Precisamente, en torno al Quijote, terminando febrero tuve el honor de actuar con la banda de la Sociedad Unión Musical de Bigastro haciendo de narrador en una composición del valenciano Ferrer Ferrán dedicada a la popular obra de Cervantes. Allí fueron agradecimientos, en algún caso hasta desmedidos para corresponder nuestra colaboración, pero ya no sé si tras la experiencia vivida por Pastor en las puertas de la Biblioteca Pública de Orihuela cometimos algún delito. Ahora recuerdo –yo me acuso– que cuando el ensayo y esperando la actuación, en conversación con algunos músicos nos quejamos de que siempre los recortes afectaran a la Cultura. Nuestras bandas de música también están sufriendo fuerte la crisis. Lo digo por si nuestros comentarios son, y no sé si con alevosía, desacato.

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