Desde Juventudes Socialistas pedimos una oposición de adultos

La sociedad está cada vez más desconectada de la clase política, y con razón.

Continuamente vemos y oímos como nuestros representantes públicos, aquellos a los que pagamos con nuestros impuestos, acuden al hemiciclo, ya sea nacional, autonómico o pleno local para gritarse, lanzarse insultos, amenazas vacías y proclamas que quedan muy bien para una publicación en redes sociales o titular periodístico, pero que no sirven más que para aumentar la desazón que nos inunda y nos cabrea.

En todo sistema democrático, existe una serie compleja de resortes y contrapesos que intentan garantizar el ejercicio del poder por parte del gobernante de una forma limitada. Y esta limitación está garantizada, entre otras instituciones, por la de la oposición al gobierno.

Esta oposición, que va cambiando según la voluntad del votante, tiene como misión fiscalizar al gobierno, vigilar que no exista ninguna desviación de su cometido, que no se infrinjan valores esenciales de la democracia, que exija mediante sus representantes y a través de los cauces legales que el gobierno, ya sea nacional, regional o local, prime siempre los intereses de la ciudadanía.

Sin embargo, esto parece que ya no es así. Ahora, la oposición, parece tener como única misión derribar al oponente político, utilizar el todo vale, embarrar el debate, cabrear al ciudadano de a pie para que piense que todo va mal y que seguirá así a no ser que la oposición llegue al poder en el siguiente ciclo electoral.

Esto lo sufrimos en el Congreso de los Diputados, en les Corts Valencianes y, cómo no, en el ayuntamiento de nuestra ciudad.

Pocos días atrás el equipo de gobierno local presentó las cuentas municipales; la clave de bóveda de la política municipal, pues de ella surge toda la línea de acción de un gobierno.

Entre otras muchas cosas, que no se pueden explicar en estas líneas, las cuentas municipales se destinan al mantenimiento de parques y jardines, recogida de basuras, cultura, deporte, infraestructuras, seguridad, bienestar social… y que, en el caso de Villena, para 2022, la cantidad presupuestaria asciende a un total de 27.070.921 €, de los cuales 5,27 millones corresponden a inversiones. Se dice pronto.



La oposición no tardó en salir en bloque para rechazar las cuentas anuales. ¿Pero alguien sabe cuál es la razón de su rechazo? ¿Qué partidas presupuestarias son en las que no están de acuerdo? ¿Invertirían más en bienestar social o igualdad, o menos? ¿Qué opinan de la adjudicación de las obras de reforma de calles como la Avenida de la Constitución o Santa María de la Cabeza, entre otras? ¿No les parece bien que se haya destinado dinero en esto?

No sabemos tampoco lo que opina la oposición sobre la inclusión en el presupuesto de partidas para seguir la adecuación del Teatro Chapí y que termine de albergar las instalaciones del Conservatorio. Tampoco sabemos si es que les parece mal que se provean fondos para la nueva pista de atletismo del polideportivo municipal, o 700.000€ en la reparación de nuestras calles. O quizás simplemente les parece mal que la deuda municipal sea 0€ y añoren los años de su gobierno, cuando dejaron una deuda de 10 millones de € el último año de su mandato.

Con este dinero, siempre insuficiente y limitado, ¿qué hubiese hecho la oposición del Partido Popular? Nadie lo sabe, porque además de protestar, la oposición no es capaz de proponer.

Hasta este momento, no ha habido ninguna propuesta por parte de la oposición, de como distribuir el dinero de todos los villenenses, por lo que nos surge otra cuestión: si tan mal les parece todo el presupuesto, ¿porqué no han presentado uno alternativo?

Quizás, con esa propuesta, saldríamos ganando todos los ciudadanos. Y los políticos, por una vez, dejarían de ser un generador de malestar para ser parte de la solución. Sin embargo, parece que, en estos tiempos, lo único que vale es hacer ruido, y cuanto más mejor. Mejor para el Partido Popular claro, pero no para Villena y sus ciudadanos.

Por: Juventudes Socialistas de Villena