Detectives
Abandonad toda esperanza, salmo 606º
A Paco Camarasa (1950-2018), que de esto sabía más que nadie, in memoriam
Los amantes del género negro, el policíaco, el thriller y cualquier otra de sus variantes sabemos muy bien que la figura del detective -tanto el investigador privado como el funcionario de carácter público, esto es, el detective de Policía- es un elemento fundamental del género: es quien trata de desentrañar el misterio sobre el que gira toda la historia, y por tanto es aquel con el que más fácilmente se identifica el lector (o el espectador). Igualmente sabemos que la tipología de este personaje es mucho más diversa que la acotada en la oración anterior, y que desde que existe el género -descuiden: no es este el lugar ni ahora el momento de tratar de arrojar luz sobre esta cuestión tan espinosa- nos hemos encontrado con multitud de investigadores amateurs que demuestran la pluralidad de la ficción detectivesca. Buena cuenta de ello da el número 9 de la revista Prótesis, penúltima entrega -porque ya hay otra posterior, bien reciente- de esta cabecera fundamental para cualquier aficionado al género, que tras una primera etapa (en la que servidor llegó a colaborar, muchos años atrás) cuenta ahora con una nueva vida en formato libro con un atractivo diseño a cargo de Jesús Egido y siempre bajo la dirección de David G. Panadero. Esta novena entrega lleva por título Detectives raros, y centra su atención en aquellos personajes que por la razón que sea se salen del arquetipo más trillado. Más allá de lo ambiguo de la etiqueta y por tanto de lo discutible que pueda parecernos alguna inclusión -las exclusiones que puedan echarse en falta siempre son inevitables, claro está-, en sus páginas el lector encontrará, además de algunos relatos y hasta un cómic, ensayos sobre personajes tan variopintos como, por citar solo algunos, el padre Brown de Chesterton, el Mike Hammer de Mickey Spillane, el comisario Adamsberg de Fred Vargas, el comandante Camille Verhoeven de Pierre Lemaitre o el Gálvez de Jorge Martínez Reverte. Personalmente, me gustaría destacar la aproximación de Ramón García a la figura de Derek Raymond (un novelista de culto todavía por descubrir aquí) y el texto de J. F. Pastor Pàris sobre los relatos que fusionan lo noir y lo fantastique; así como la antología de críticas de veinte filmes, del seminal El Halcón Maltés al reciente Puro vicio, una cinta esta última maravillosa y con un detective tan particular y raro como el que promete el título del volumen. Les recomiendo, pues, que no tarden en hacerse con un ejemplar antes de que se agote la tirada.
Una película excelente que no ha podido entrar en la antología de Prótesis por, al margen de que pueda discutirse mucho la originalidad de su protagonista, ser posterior a su publicación, es El Cairo Confidencial, un film noir en toda regla que es también la primera película de su director, Tarik Saleh, que consigue estrenarse en cines españoles. Que un film de este realizador sueco de origen egipcio haya llegado a la cartelera se debe sin duda a su exitoso paso por festivales como el de Sundance y muy especialmente la Seminci de Valladolid, donde ganó la Espiga de Oro a la mejor película de la sección oficial, así como el premio al mejor director. Como se ve, en esta ocasión su pertenencia a un género cinematográfico tan codificado como el noir no le ha impedido triunfar en un certamen donde suele premiarse habitualmente a cintas que se corresponden más con el concepto de "cine de autor". Por otra parte, la crítica se ha rendido a los muchos atractivos de este film y ha evocado nombres sagrados del género como los de Melville, Pontecorvo o Costa-Gavras... y si estos tres no son autores, apaga y vámonos. Al margen de estas consideraciones, es de justicia señalar que estamos ante un relato poco original en su arranque y evolución, pues trata uno de los temas fundamentales del género: las cloacas del poder. Pero funciona a la perfección como ejercicio de estilo que cuenta con el excelente trabajo de Fares Fares, actor carismático al que los aficionados recordarán como el policía Assad de la serie de películas Los casos del Departamento Q, según los libros de Jussi Adler-Olsen; y que gana enteros como retrato fascinante de la ciudad de El Cairo (la otra gran protagonista del relato, aunque tuviese que rodarse en Casablanca por no disponer de los permisos legales necesarios), aquí retratada en 2011, en los albores de la Primavera Árabe. Sin duda estamos ante uno de los mejores filmes policíacos de los últimos meses.
Teniendo en cuenta que el título original de este recomendable film es The Nile Hilton Incident (esto es, "El incidente del Nile Hilton"), en referencia al hotel donde se produce el asesinato a investigar, resulta obvio que el título con el que se ha estrenado en algunos países, entre ellos el nuestro, es un intento un tanto sonrojante de aprovecharse del recuerdo de L.A. Confidential, la excepcional película del malogrado Curtis Hanson que pude revisar hace bien poco para comprobar que sigue tan joven y vigorosa como cuando se estrenó hace más de dos décadas. Pero si la argucia sirve para llegar a más espectadores que con una traducción fiel de su título auténtico, bienvenida sea la artimaña. Además, el recuerdo del film protagonizado por Kevin Spacey, Kim Basinger y un por aquel entonces desconocido Russell Crowe me sirve para comentarles que acaba de reeditarse al completo el "Cuarteto de Los Ángeles" de James Ellroy, tetralogía compuesta por La Dalia Negra, El gran desierto, la propia L.A. Confidential y Jazz blanco. Aunque siempre es conveniente leerlas en este orden cronológico, pueden disfrutarse de forma desordenada: sin ir más lejos, precisamente yo leí primero la novela adaptada por Hanson y Brian Helgeland (lo que les valió un Oscar a cada uno) poco después de ver el film, y pese a la inevitable ausencia de sorpresas la recuerdo como una de las lecturas más gratas de mi vida como lector de novelas policíacas. Y eso fue, insisto, hace ya unos veinte años, durante mi etapa de estudiante universitario. Y es que estamos sin duda ante una obra maestra del género a la que le sucede lo mismo que a su adaptación: que por ella no pasan los años.
Quien sí podría haber entrado perfectamente en el monográfico de Prótesis si se le hubiera prestado más atención al cómic y/o la televisión es Jessica Jones, el personaje de Marvel Comics creado por Brian Michael Bendis y Michael Gaydos que protagonizó Alias -una de las mejores colecciones de la compañía en los últimos tiempos- y que ha dado el salto a la pequeña pantalla de la mano de Netflix en una serie que lleva por título el nombre de su protagonista. Ya les recomendé en su día la primera temporada, y en el momento de escribir estas líneas estoy en el ecuador de la segunda... que resulta ser todavía más noir que la primera, en la medida en que carece de un villano como tal en la tradición del género superheroico y que parece construida alrededor de la investigación que lleva a cabo Jessica Jones, de profesión investigadora privada, sobre una parte de su pasado que parece haber olvidado. Algunos críticos y espectadores han argumentado que esta temporada adolece del defecto de muchos seriales actuales (el estiramiento de la trama, dilatándose en trece episodios lo que podría haberse contado perfectamente en ocho o nueve), pero a mí me resulta particularmente entretenida y pese a mis reticencias iniciales como rendido admirador del cómic original creo que la actriz Krysten Ritter ha acabado cogiéndole el pulso a un personaje tan fascinante como difícil de trasladar a imagen real sin perder algo de su muy particular encanto por el camino.
Con estas recomendaciones casi que doy por terminada esta columna detectivesca. Pero no quiero despedirme sin anunciarles que a finales del próximo mes tendremos una nueva edición de Mayo Negro en Alicante, y que si nada se tuerce a última hora -aunque sea la edición número 13, no somos supersticiosos- serán unas jornadas que llevarán por título precisamente el de esta columna. Poco más puedo adelantarles, salvo que visitaremos Barcelona y Twin Peaks de la mano de algunos guías de excepción. Muy pronto, más noticias al respecto en esta misma columna.
Prótesis y L.A. Confidential están editados por Reino de Cordelia y Literatura Random House respectivamente; El Cairo Confidencial se proyecta en cines de toda España; Jessica Jones está disponible en Netflix España.