Cultura

Diciembre cultural

Ups, ha pasado tanto tiempo que ya no sé por donde llevo el hilo. Dos semanas desde la última vez que nos vimos. Suficiente para que queden obsoletas las notas que tomé de la función de André y Dorine en el Teatro Chapí. Lo cierto es que tampoco eran demasiado alentadoras, pese al enorme trabajo que se desarrollaba en el escenario. En sí el montaje no me ha dejado grandes recuerdos (de esos que te quedan en forma de colores, sonidos, emociones). Quizás un trabajo tan particular y peculiar siempre corre el riesgo de encerrarse en esas cuatro paredes que al fin tiene el escenario.
Por otro lado quedó el recital de poesía a cargo de Mari Sol Gómez en la Tercia. Una rapsoda a tener en cuenta. Porque es fácil de escuchar, y lo es porque no abandona su ritmo ni su melodía a la cadencia simplona, sino que dobla los versos en pro de su significado, consiguiendo armonía y naturalidad. Y en esas estaba cuando conocí el tránsito en que se había metido esta actividad de la Exposición de la Vergüenza a cargo del grupo Democracia Real Ya de Villena. Un jardín del que todavía queda mucho por decir cuando sea el momento oportuno: ya saben que cuando hay demandas por medio es mejor callar y esperar hasta que se pronuncien las voces oportunas. Mientras tanto, observando el objeto en polémica, yo solo puedo reflejar asombro e irritación. Pero ya les digo, de momento mejor callar y esperar.

Más cerca queda la polémica sobre si se han puesto pocas o muchas luces para adornar nuestras calles en estas próximas fechas (o si se pusieron pocas y luego se han puesto más). Y también, medio de tapadillo se retoma el tema de la Ordenanza de locales juveniles y de fiestas. Se anuncia un borrador casi definitivo del que no sabemos prácticamente nada. Aún así yo tengo la confianza en conocerlo antes de que tenga el visto bueno en un Pleno. Conocerlo yo y que lo conozcan todos los grupos a los que les afecta. Por aquello de la participación democrática. Espero al menos una explicación detallada, capaz de resolver las dudas que la ciudad pueda tener al respecto. No les digo ya lo que daría si además estuviera abierta a sugerencias. Aunque puede que esta esperanza quede aplastada por el rodillo de la mayoría representativa, algo que desgraciadamente conocemos y sufrimos sobradamente en todos los ámbitos.

De momento, a día de hoy, todavía queda el concierto de Alademoska en La Cantina; y si tenemos suerte el ciclo de cine Villena Fantástica que ya en su XII Edición seguro que seguirá conservando la esencia más íntima de un Club de Cine sin las limitaciones y servidumbres a los que lleva la “obligación” de ser un servicio público.

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