Don dinero (Artículo de opinión)
Voy a intentar en este artículo no hablar de política, ni de recortes, ni de depresión social, ni de violación de derechos sociales o laborales. Ni de la odiada prima de riesgo, ni desempleados, ni de empleados públicos o privados, ni del desastre del futuro de la minería en este país, derrotado y puesto de rodillas frente al verdadero poder que lo mueve todo, el dinero.
Está claro, que el mundo gira alrededor del vil metal y son los poderosos los que moderan a su interés la vida de todos los demás. Tanto es así, que ya estamos sintiendo en nuestras propias carnes, lo que está ocurriendo en nuestro país, totalmente arruinado y en banca rota económica.
El dinero lo mueve todo y el que lo posee, sea persona o colectivo, es el que tiene el poder de organizar a los demás y por lo tanto se erige como director de la orquesta, moviendo su batuta al libre albedrío de lo que le interesa. Para conseguir mayores beneficios, aunque sea a costa de arruinar todo lo que se le pone a su alcance. Sean personas o países esa, por desgracia, es la dura realidad que estamos viviendo en este momento histórico que nos ha tocado y que está dejando unas secuelas, que van a ser muy difícil de corregir aunque transcurran muchos años.
Sobre todo, el drama del desencanto moral que está activado y enquistado y que no hay gobierno con un par... para poder desactivarlo. Ya que son prisioneros de sus propios errores, que han conducido a nuestro país al abismo, no solo económico sino moral y ético.
Lo peor que puede pasarle a un ser humano, es que le quiten la ilusión del día a día, para ir a trabajar, para ganar un sueldo digno que le sirva de sustento. El sentirse protegido por las leyes y derechos laborales en la actualidad casi desaparecidos. El sentir el aprecio de sus superiores en la labor que realiza a diario. El sentirse útil con la tarea encomendada por la sociedad. El ver que no intentan engañarle, sobre todo en asuntos bancarios, vendiéndole productos tóxicos, preferentes, como si se tratara de una inofensiva cuenta de plazo fijo, para captar sus ahorros, como los sinvergüenzas de la (CAM), sin generalizar al colectivo de empleados de campo.
Y no es por criticar a las entidades bancarias, pero han sido tantas las que han caído, por culpa de los ladrones de guante blanco, insertados en los consejos de administración y entre sus directivos. Van a tener que ganarse de nuevo la confianza de toda la ciudadanía española defraudada y engañada, ya que de los bancos, hoy en día, nos fiamos más bien poco y esto es una opinión personal. Sobre todo, cuando nos dicen que nos bajan dos puntos de la hipoteca, si nos hacemos tal o cual seguro (multirriesgo de hogar, seguro de amortización de préstamo, seguro de vida). Este hecho propicia una competencia desleal y rastrera hacia las entidades de seguros tradicionales, que están indefensas, con esta práctica habitual de los bancos y que viven exclusivamente de la venta de seguros y no de dar créditos.
Pero claro, la pela, es la pela y estas entidades tienen que intentar recoger el máximo de ingresos, sea de lo que sea. El día menos pensado se introducirán en el sector de electrodomésticos y nos venderán de todo, hasta una escoba, aunque lo cierto, es que ya lo están haciendo.
Por eso señores banqueros, dedíquense un poco más a lo suyo. A dar préstamos a sus conciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas, para que no caigan y cierren sus puertas, ya que esta es su obligación y para lo que se han constituido estas sociedades anónimas. Y no quieran abarcar tanto, que luego pasa lo pasa, que todo se ha ido al traste, por la mala gestión y la avaricia continuada de sus directivos.
Manuel Esteban Lozano