Cultura

Dos avisos sonoros

Se activa el aviso sonoro del teléfono. Dos citas ineludibles para esta última semana de noviembre. El próximo viernes (hoy para ustedes) se celebra en la Ciudad de la Luz de Alicante el V Certamen nacional y especial de cortos “Súbete al corto”, organizado por la Asociación de Paralíticos Cerebrales de Alicante, que cuenta con el villenero Gaspar Pablo Tomás en el equipo de dirección.
Al igual que en anteriores ediciones dos producciones locales han sido seleccionadas para la fase final: Chuck Fiction, de Luis Pérez, y El niño pez, procedentes del Centro Ocupacional de Apadis y del Centro de Educación Especial de Apadis respectivamente.

Desde aquí queda desear que estos trabajos corran la misma suerte que corrieron los premiados “El tutelado”, “La espada de la cobra voladora” o el vídeo-clip “Héroes de barrio”. Galardones que no sólo descubren el trabajo y la calidad cinematográfica de algunos creadores y creadoras de Villena, porque también muestran en el plano profesional el potencial de profesionales y empresas locales que han colaborado generosamente con la asistencia técnica imprescindible para lograr la calidad de los trabajos.

En su día me sorprendió que el concejal de turno durante su reunión con el equipo de la Ciudad de la Luz se dedicara a “vender” las posibilidades de las empresas de Villena para realizar trabajos en madera o hierro, por ejemplo. Me sorprendió que no citara a estos “buscadores de recursos” el grueso con que cuenta Villena respecto a estudios de grabación, personal técnico de sonido e imagen, grupos de teatro y danza, etc. Ahora mi primera visita a la Ciudad de la Luz vuelve a traerme al consciente la necesidad de actualizar la lista posibilidades que Villena puede ofrecerle. Un trabajo que me parece a primera vista bastante ligero y sencillo, incluso puede parecerme poco más que el gesto de apostar en la lotería, pero que creo necesario. Aunque sea únicamente para corroborar el orgullo que nuestra ciudad siente como vasija de estos y estas artistas cuyas cabezas han sobresalido por encima de otras muchas. Artistas que son la Villena viva, no la heredada, la que ha permanecido siglos aquí y comprometemos su continuidad, sino la que crece hacia el futuro, la presente inagotada, la que es susceptible de nuestra relación con ella. La que puede convertir nuestra época en un periodo de creación y de gusto, en lugar de aportar sólo lo que “sólo” se puede aportar: defender y mantener el patrimonio heredado.

El segundo aviso de mi teléfono móvil no fue necesario. No se me ha olvidado durante todo el trimestre que el sábado el Teatro Chapí presenta la obra La omisión de la familia Coleman. Dejaremos para la semana que viene el relato del tacto de las arrugas que la función causó en mi alma.

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