Dos mundos, dos Españas
Recientemente la actualidad me ha dado dos sorpresas. Cosa que me llama la atención, porque, después de lo vivido estos últimos cuatro años, confieso que me resultaba difícil creer que algo pudiera sorprenderme.
Leyendo la entrevista novelada y por fascículos de Pedro J. al presidente Zapatero advierto que éste reconoce haber permitido seguir con las negociaciones con la banda de asesinos ETA después del atentado de la T4. En la misma entrevista niega, además, que estemos o vayamos a entrar en crisis económica. También afirma que no es cierto que en Cataluña el español esté marginado, que los alumnos catalanes no puedan estudiar en español, y por tanto que haya algunas persecución de la lengua común de todos los españoles.
Lo que me sorprende no es que Zapatero mienta una vez más, o lo que es peor y contiene mayor peligro para España y los españoles, que es el hecho de ese mundo paralelo que su mente ha creado y en el que vive, en el cual los hechos que no le gustan o no le interesan no existen o son distorsionados para adaptarse a su voluntad. No me sorprende que no piense tomar medidas para atajar la crisis que se nos avecina (como en su mente no existe tal crisis ). No. Lo sorprendente es que reconozca que nos ha mentido respecto a uno de los temas de estado de mayor preocupación. Reconoce este acto de villanía y se queda tan ancho y tan pancho. Esto es que vive encumbrado en la soberbia y el autoendiosamiento más absoluto. Se cree por encima del bien y del mal, y del resto de los mortales. Y de esto podemos concluir que actuará como mejor convenga a sus intereses y a su visión cambiante e irreal de la realidad, no de acuerdo con unos principios. No hay ideas, no hay programa, no hay nada. Sólo nos ofrece su superior mente.
La otra sorpresa fue la filtración de que Manuel Pizarro ha accedido a ser el número dos de Mariano Rajoy en las próximas elecciones. La sorpresa no es que alguien acceda a ser el número dos de las listas del PP, puesto por el que hay bofetadas, la sorpresa es que sea precisamente una persona como el señor Pizarro la que de el sí afirmativo. Es un señor que ha triunfado en todos los aspectos de la vida, especialmente en el terreno profesional, donde a base de esfuerzo y trabajo ha llegado a lo más alto del mundo de la empresa. Un señor que para ser número dos del PP renuncia a puestos de gran responsabilidad y a mucho dinero. Y renuncia a todas esas cosas por defender un proyecto, unos valores. Esto no me deja patidifuso, como todo lo anterior, puesto que ya lo hizo en aquel entuerto de la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Pudo optar por la opción más fácil y acceder a las pretensiones de un gobierno hipotecado por los nacionalistas y condonado por la Caixa. Seguramente hubiera recibido mucho más capital que el que ha recibido por dejar su cargo en la empresa (capital más que merecido por su brillante gestión), y hubiera recibido ofertas de estupendos cargos con mucho poder de decisión. En vez de eso, luchó por su empresa y por los accionistas de ésta, haciendo que estos últimos doblaran su capital en tan sólo un año. Un político de lo más extraño en España. Por tanto, ¿qué nos ofrece el señor Pizarro, apuesta personal de Mariano Rajoy, y por tanto el Partido Popular? Nos ofrece, en primer lugar, gestión, pero además, algo mucho más importante: ideas, valores, principios y la voluntad de decir y hacer siempre lo que cree acorde con aquello.
Estos son las dos Españas que nos ofrecen los dos grandes partidos nacionales (¿lo son los dos?), los dos mundos por los que tendremos que optar. Vean, lean, escuchen, comparen y según lo que crean mejor voten.