Ejercicio de cinismo
Se van a pensar que es manía, pero es que lo de Juan Richart clama ya al cielo. Podrían haber salido Patxi Esquembre o Carlos Beltrán, o cualquier concejal del PSOE o de Los Verdes, actual o anterior, a explicar lo del pufo de La Plaza, y habrían estado armados de razón, porque durante años nos han alertado por activa y por pasiva de lo que podría pasar si la Generalitat no cumplía con Villena y dejaba de pagar en tiempo y forma lo acordado.
Pero no. Inexplicablemente no sé quién asesora al tripartito, pero vaya tela
ha sido Juan Richart, uno los responsables del estropicio, junto a sus compañeros y ex compañeros tanto de VCD como del PP, el que ha comparecido para anunciar que nos vamos a comer la plaza de toros de Camps y Celia con patatas, que Valencia no paga y que nos va a tocar endeudarnos hasta las cejas, y mientras tanto, los proveedores del ayuntamiento, autónomos y empresas, sin cobrar. ¡Viva y bravo!
Y es que, por si a alguien se le ha olvidado, Richart formaba parte del equipo de gobierno que hizo de la rehabilitación de la plaza su bandera electoral, es decir, que es responsable de la cagada en los mismos términos que Valiente, Martínez o Hernández. Además, constituido ya junto a sus compañeros como concejal No Adscrito, y votando en contra de todas las propuestas del PP, salvaron el proyecto en Pleno, respaldando la modificación de la ubicación del parking, porque habían trabajado por La Plaza durante la campaña y cuando eran concejales del PP y por eso seguirían apoyándolo.
Pero este ejercicio de cinismo no acaba aquí, no se crean. Como si la cosa no fuera con él, Richart se pone después el disfraz de estadista y nos explica cómo nos va a sacar del agujero que él mismo contribuyó a cavar, cifrado en unos 10 millones de euros, más de 1.600 millones de pesetas. ¿Creando un impuesto especial, una especie de derrama a tanto por barba, para pagar entre todos la cagada? No, por favor. Que estamos en crisis y no podemos hacerle eso a los villeneros. La opción más viable, dice Richart, es que el ayuntamiento se endeude, pida un préstamo para hacer frente a los pagos y rece para que Valencia pague pronto y no nos salgan muy caros los intereses de la broma. Genial. Sí señor. Así se trabaja. Salvo por un pequeño detalle que por lo visto nadie le ha explicado al plenipotenciario concejal, y es que, con la nueva ley de endeudamiento de los consistorios, Villena solo podría pedir, según los datos ofrecidos por Los Verdes hace unos meses, poco más de un millón de euros.
Imagino que cualquier día de estos podrá aportar algo más de luz sobre el asunto el concejal de Hacienda, David Molina. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de las próximas comparecencias del omnipresente concejal Richart.