El alcalde tiene hasta final de mes para responder a la exigencia socialista de cesar a Richart

A pesar de que las fiestas de Moros y Cristianos dieron un respiro político al alcalde, Javier Esquembre, la vida política ha vuelto a su cauce y ahora toca dirimir cuál va a ser la postura que adopte Esquembre ante el ultimátum que le lanzó el PSOE por boca de Fulgencio Cerdán y Carlos Beltrán, antes de las fiestas Patronales, exigiendo que el alcalde retirara a Richart todas sus delegaciones y se le expulsara de la Junta de Gobierno.
Comenzadas las actividades políticas, después de fiestas, y tras haber mantenido el alcalde reuniones por separado con Richart, por un lado, y Cerdán y Pedrosa por otro, llegó la Junta de Gobierno de ayer lunes, una Junta que comenzó con cierta frialdad ante la presencia de Juan Richart, pero durante el transcurso de los puntos tratados todo transcurrió con normalidad y la reunión terminó como si nada hubiese ocurrido. No obstante, y una vez acabada la Junta de Gobierno, el secretario general de los socialistas locales, Fulgencio Cerdán, Juan Richart y el alcalde, Francisco Javier Esquembre, tuvieron una reunión en la que volvió a tratarse el ultimátum socialista.

Esquembre pide tiempo
En esta reunión, Esquembre pidió tiempo a Cerdán para que el anunciado abandono de los socialistas no se llevase a cabo la próxima semana, alegando que este tema se tendría que debatir en profundidad, debido al calado político que representaría esta decisión, pues fraccionaría el equipo de gobierno a un año y medio de elecciones. El portavoz socialista, ante esta petición, alegó que tendría que contar con la ejecutiva local para poder tomar la decisión de dar más plazo de respuesta al alcalde.

Cerdán, en la reunión de la ejecutiva del Partido Socialista celebrada el lunes por la noche, planteó a sus compañeros la petición de alargar el plazo, propuesta por el alcalde, aceptando la ejecutiva socialista esperar dicha respuesta hasta finales de mes. Una vez transcurrido el Pleno ordinario de septiembre, sería el momento en que los socialistas se replantearían su participación en el equipo de gobierno. Por lo tanto, la pelota queda en el tejado del alcalde, cuya decisión será crucial para afrontar el año y medio de legislatura restante.