El alma de las máquinas
Abandonad toda esperanza, salmo 560º
Las vacaciones de Semana Santa son un buen momento para terminar esa serie que uno nunca tiene tiempo de ver cuando está trabajando, y yo las he aprovechado para acabar Westworld sin necesidad de recurrir al, al menos para mí, irritante binge-watching. Tengo que reconocer que cada vez me cuesta más empezar series nuevas: ¿no han calculado la de películas que dejarán de ver y libros y cómics que dejarán de leer por ver una ristra de episodios que, la mayoría de las veces, al final tampoco serán para tanto? Pese a ello, y aunque la vendieran como "la nueva Juego de tronos de HBO" (algo que a mí me dice entre poco y nada), confié en las buenas críticas de los profesionales del medio y en el criterio de algunos amigos de confianza e hice una excepción. También ayudó, lo reconozco, mi querencia por la ciencia ficción y que siempre he sentido una gran simpatía por la película homónima en la que se inspira, escrita y dirigida en 1973 por el novelista Michael Crichton, y que en España se tituló Almas de metal. No obstante, de aquella propuesta del autor de Parque Jurásico solo toma el punto de partida: un parque temático inspirado en el far west y poblado de robots. A partir de ahí, los artífices de este Westorld 2.0 -el omnipresente J.J. Abrams, Lisa Joy y el hermanísimo Jonathan Nolan- han urdido un relato de CF ambientado en un futuro impreciso -pero que se nos antoja terriblemente cercano- en el que los seres artificiales trascienden el objetivo para el que fueron creados y se interrogan sobre su condición, saltándose a la torera cuando lo consideran apropiado las tres leyes de la robótica que redactó Isaac Asimov. Obviamente, las reflexiones de estas almas de metal son las nuestras, y entre eso y la espléndida factura visual del producto, así como las sorpresas con las que los guionistas salpican el relato (alguna puede resultar previsible, pero hay otras que son de órdago), a mí ya me han convencido para darle una oportunidad a la segunda temporada que está por venir.
Otra obra audiovisual que mira al pasado para suministrar nuevas criaturas artificiales al presente es la película Ghost in the Shell: El alma de la máquina, que dirige Rupert Sanders y protagonizan Scarlett Johansson, Takeshi Kitano y Juliette Binoche, tres intérpretes aquí enzarzados en una competición por ver quién resulta más inexpresivo y que se encargan de aportar el reclamo comercial, el toque oriental y el prestigio europeo respectivamente... aunque no haya servido de nada porque el film se ha estrellado en taquilla. Tampoco lo merecía especialmente, aunque sea una puesta al día en versión Reader's Digest de los temas e historias que planteaba el manga original y que retomaron los animes basados en el mismo, la mayoría dirigidos por el talentoso Mamoru Oshii. La producción hollywoodiense, claro, simplifica bastante el argumento de las obras anteriores (su metraje no alcanza las dos horas), y el trabajo del director debe tanto o más a Blade Runner y a otros títulos del subgénero cyberpunk que a aquellas. Con todo, se deja ver, no aburre... y puede entenderse como una nueva y apañada versión del mito de Prometeo para los millennials que no soportarían ver Frankenstein de James Whale porque es en blanco y negro. De leer la maravillosa novela de Mary W. Shelley, mejor ni hablamos.
Y ya que hablamos de leer y de Ghost in the Shell, aprovecho para recomendarles la lectura del cómic original, que con motivo del estreno del film se recupera en una edición integral y más cuidada de lo habitual en el mercado del manga. En sus más de trescientas páginas arropadas en tapa dura encontrarán lo que hizo del grueso del cómic nipón un producto fácilmente exportable a finales de los años 80, cuando este título se publicó por vez primera: una idea atractiva de base envuelta en arrobas de acción, bastante humor y una pizca de inofensivo erotismo. Ojo: la reedición, por decisión del propio Masamune Shirow, se titula ahora The Ghost in the Shell. Sí, con el artículo delante: no se me despisten.
Westworld se emite en HBO España; Ghost in the Shell: El alma de la máquina se proyecta en cines de toda España; The Ghost in the Shell está editado por Planeta Cómic.