El asedio del Castillo de Villena: Miércoles, 20 de abril de 1707

Couto no menciona nada para el día 20. Hawley afirma que la batería de cañones portugueses no dejó de disparar contra la Atalaya durante todo el día. También nos indica que desde su llegada a Villena en la noche del 17 y días siguientes –18, 19 y 20–, debido al fuego de mosquetería –fusilería–, los austracistas ya habían tenido unas cien bajas.
No es nada extraño que sólo aluda a “pequeños disparos”, en alusión a los fusiles de los infantes borbónicos: con toda seguridad y debido al continuo fuego artillero austracista, el día 20 los cañones borbónicos de la Atalaya ya habrían sido silenciados.

Mientras esto pasaba, la borbónica “Relación Puntual” nos decía para este día que en el reconocimiento que hizo Berwick de la zona próxima a Villena, había una gran zanja que tenía mucho cieno –posiblemente la zona pantanosa de las Virtudes–. Como no era ventajoso el terreno, no se dispuso el ataque de los borbónicos a las austracistas que asediaban el Castillo. Berwick partió para Villena para estudiar la situación y efectivamente pudo comprobar que estaban en Villena y cañoneaban su castillo.

Hay una frase de la Relación que es vital: “si seguía las mismas marchas que los enemigos”. Si los borbónicos hubiesen seguido las “mismas marchas” que sus enemigos, al bajar de Montealegre habrían seguido el itinerario Yecla- Las Virtudes- Villena. Y entre Las Virtudes y Villena encontramos... una gran zona pantanosa hoy desecada. ¿Puede ser que fuesen las aguas estancadas del Santuario a las que aludía Berwick? Es más que probable y lo que nos da a entender es que la batalla que luego se dio en Almansa, bien podría haberse dado entre Villena y las Virtudes… si no hubiese estado el cieno pantanoso.

JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO
Ganador del IV Premio de Ensayo e Investigación “Faustino Alonso Gotor”.
Socio de las Comparsas de Estudiantes y Marruecos –Cronista y Museo–.