Las últimas noticias económicas surgidas desde nuestro ayuntamiento suponen un clavo más en el ataúd de muchas pequeñas empresas y autónomos de Villena, que esperan como agua de mayo el justo pago de servicios que prestaron, en algunos casos, hace más de un año y que, llevados en palabras por los responsables municipales, ven pasar los meses sin cobrar un solo céntimo de lo que les pertenece.
La última ocurrencia de nuestros gobernantes resulta difícil otorgarle otro nombre es de juzgado de guardia, pues habiendo dinero en caja los pagos van a seguir paralizados ya que en estos momentos el ayuntamiento de Villena se encuentra sin Interventor, máxima autoridad financiera de la institución y sin cuya firma y autorización difícilmente se va a pagar alguna factura más allá de las nóminas de los trabajadores municipales.
Resulta a todas luces incomprensible que, sabiendo como sabían nuestros gobernantes que la anterior Interventora iba a abandonar Villena en una fecha determinada tras lograr el traslado a otra población, no hayan previsto su sustitución en tiempo y forma, teniendo listo un recambio automático para suplir la baja con la mayor celeridad posible. En lugar de eso, vuelven las buenas palabras, y ahora dicen que están buscando a alguien y que igual en unos días
Y mientras pasan esos días, la caja permanece paralizada, las remesas siguen sin enviarse a pesar de haber dinero y los empresarios y trabajadores villenenses continúan ahogados y con el agua al cuello por una falta de liquidez que, esta vez sí, es en gran parte achacable a la deficiente gestión del actual equipo de gobierno, que seguirá llevándonos en palabras mientras Villena y sus habitantes se hunden sin remedio en el pozo de la crisis.
