Arte

El ayuntamiento de San Juan reconoce la trayectoria artística de Pablo Lau dando su nombre a una calle de la ciudad

Este jueves, 14 de agosto, a las 21 horas y partiendo desde el ayuntamiento de San Juan, una comitiva formada por autoridades políticas y amigos del pintor Pablo Lau, además del propio artista y sus familiares, recorrerá el camino que separa el Consistorio de la calle que, a partir de ese momento, llevará el nombre del artista, haciéndose así patente el reconocimiento del ayuntamiento a la trayectoria artística de Lau, una iniciativa que aplaudimos y a la que nos sumamos, felicitando a Pablo Lau desde estas líneas.
Pablo Lau nació en 1936 en Cismar (Alemania). Años más tarde estudió Bellas Artes en Hamburgo. En 1958, ensilló su moto negra y se lanzó a la conquista del mundo. Así fue como conoció Villena, donde se asentó en 1960. Con ello había comenzado su vagabundeo por la vida y el arte. En las tascas dibujaba a los campesinos, y detrás de la vía férrea pintaba paisajes que exponía en pueblos y ciudades de la provincia y en Madrid. En 1969 se alistó en las filas de la vanguardia, con la abstracción matérica algo surrealista. Los del grupo “Integració” recorrieron numerosos pueblos, a los que llevaban bombas mentales en forma de cuadros, coloquios, audiciones musicales y poéticas.

La llegada de la democracia le motivó a retomar la pintura figurativa expresionista, y decidió sólo pintar, nada más que pintar y escribir. Sus amores le condujeron a Granada, y de nuevo a Hamburgo, donde expuso en tres ocasiones, y periódicamente en galerías privadas de Alicante, Murcia, Granada, León, Castellón..., colaborando simultáneamente con las Casas de Cultura mediante exposiciones itinerantes.

El nuevo milenio le aportó una incurable enfermedad ocular, obligándole a cambiar su técnica pictórica y el proceso creativo. En primer lugar había de imaginarse el cuadro terminado, prescindir de la improvisación a que estaba acostumbrado, decidir formas y colores nítidos desde los comienzos. Era la única vía aceptable para pintar con su capacidad visual tan reducida. Arrancando desde las tinieblas, desde sus tinieblas, y jugando con tonos fríos y calientes, con colores claros y oscuros, intenta encontrar la luz sobre la tela. Ahora el recurso pictórico de Pablo Lau es el imaginario: un espacio mental construido por él mismo donde existen los colores que la vida no le deja ver. Aprender de nuevo a pintar desde la nada, basándose en su imaginación y utilizando su memoria sobra la base de sus más de 40 años de oficio.

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