El ayuntamiento no prohibió, sino que desaconsejó, la subida a la torre de Santa María
Durante estos últimos días se ha hablado de la polémica por la supuesta prohibición, por parte del ayuntamiento, de una actividad prevista y anunciada en el programa de actos del Mercado Medieval recién celebrado: la subida al campanario de la iglesia de Santa María.
El malestar de algunos integrantes de la Asociación pro-restauración de la Ermita de San José alcanzó su punto culminante durante la propia inauguración del Mercado, cuando se anunció públicamente la suspensión de la actividad encaminada a recaudar fondos para dicha rehabilitación, señalando que ésta había sido notificada durante la noche del viernes a través de unos agentes de la Policía Local, aun a pesar de existir un informe favorable de la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura.
Así las cosas, El Periódico de Villena ha tenido acceso a los dos informes de la polémica el de Conselleria y el encargado por el propio ayuntamiento, contrastando en primera instancia que, en efecto, son contradictorios, porque el primero autoriza la subida a la torre en grupos acompañados, pero exclusivamente hasta la sala de campanas, impidiendo así subir a la torre del reloj, mientras que el segundo desaconseja permitir las visitas a personas ajenas al mantenimiento de las propias instalaciones por los graves riesgos de tropiezos y caídas.
No obstante, lo que también queda puesto de manifiesto es que el informe encargado por el ayuntamiento no prohíbe la realización de la actividad, sino que la desaconseja, trasladando a la Asociación pro-restauración de la Ermita de San José la responsabilidad por lo que durante las visitas pudiera suceder, siendo los integrantes de la Asociación los que finalmente deciden la cancelación de la actividad.
En cualquier caso, tanto Ayuntamiento como Asociación se han reunido a lo largo de los dos últimos días para limar asperezas, restando hierro al asunto y mostrando la disposición de todas las partes a aprender de la experiencia y conseguir, con vistas a la próxima edición del Mercado Medieval, celebrar esta actividad sin riesgo alguno y con la total certeza de que ningún imprevisto puede aguar la fiesta.