El ayuntamiento tomará medidas para evitar nuevos desplomes en la techumbre de la Electro-Harinera

El ayuntamiento de Villena está valorando los daños sufridos por el centenario edificio de la Electro-Harinera tras el derrumbe de parte de la cornisa del tejado que se produjo el pasado fin de semana. El inmueble, cuya restauración parece cada día más lejana con la persistencia de la crisis económica, sigue deteriorándose con el paso del tiempo y si nadie lo remedia acabará siendo una ruina.
Al parecer las fuertes lluvias caídas en las últimas semanas fueron la causa del desplome del alero de la fachada que linda con la calle Madrid, indicaba hoy el alcalde de la ciudad. Y aunque no hay un informe definitivo de daños, la primera impresión de los técnicos municipales es que no habido ningún desperfecto significativo.

“No obstante, desde el ayuntamiento se van a tomar las medidas de prevención necesarias para que no haya riesgo de un mayor deterioro en el inmueble”, aseveraba Javier Esquembre. Serán los técnicos quienes determinarán si hay que realizar alguna actuación de urgencia, para salvaguardar el patrimonio y garantizar la seguridad de los viandantes y de la zona.

Como recordaba el alcalde, la rehabilitación del emblemático edificio como Museo de la Ciudad era un proyecto que se comprometió a costear la Generalitat Valenciana a través del llamado “Plan Confianza”, pero se suspendió la licitación de dicha obra.

Por eso, tras este último derrumbe, el equipo de gobierno de Villena busca ahora una autorización para que finalmente se ejecute la obra, o bien para que el Consell permita que los 3,5 millones que se iban a invertir pudieran dedicarse a otro tipo de obras con interés económico y social, como se anuncia que va a hacerse en otros municipios, explicaba Javier Esquembre.