El barrio San Francisco, en armas: gitanos y payos contra dos familias búlgaras que les hacen la vida imposible
Alrededor de 50 vecinos del barrio San Francisco, gitanos y payos, se han concentrado en la Plaza de Santiago mientras que los directivos de la Asociación de Vecinos mantenían una reunión de urgencia con la alcaldesa y los ediles de Policía y Bienestar Social. Entre 15 y 20 personas de nacionalidad búlgara, instaladas en el barrio, están generando un malestar que comienza a ser preocupante.
El problema con estas familias búlgaras (que no son, ni mucho menos, la totalidad de los búlgaros residentes en el barrio) viene de lejos. Alojados en viviendas de alquiler, propiedad de una familia de Petrer que posee más de 10 inmuebles en el barrio, hacen la vida imposible a los vecinos por sus ruidos, sus peleas y su nulo respeto a las normas elementales de convivencia. De hecho, y a instancias de los propios vecinos, fueron desalojados con anterioridad de dos inmuebles, aunque vueltos a alojar poco después en otros pisos propiedad de los mismos dueños, que alegaron que el contrato lo habían firmado personas distintas.
El problema se ha agravado recientemente, cuando, ante las quejas de los vecinos del barrio, en lugar de entrar en razón se han dedicado a agredirles y amenazarles. De hecho, el sábado por la mañana tuvo lugar una concentración de vecinos ante uno de los inmuebles ocupados por búlgaros, que respondieron con insultos y faltas de respeto, e incluso arrojando macetas desde un balcón, según ha señalado una testigo a EPdV. Ante el cariz que tomaron los acontecimientos, las fuerzas del orden se llevaron a los inmigrantes, que desde su vuelta han reforzado su actitud chulesca y amenazante, generando no poca alarma social entre los vecinos, hasta el punto de que, según relatan algunos habitantes del barrio, llegaron a agredir a un joven y amenazaron con armas blancas y de fuego a los presentes, golpeando paredes y persianas con la culata de las pistolas y advirtiendo que a quien denuncie algo a la Policía lo matamos. La revuelta montada a raíz de estos hechos acabó siendo controlada, durante la noche del domingo, por la Guardia Civil, que tuvo que desplazar a numerosos agentes hasta el barrio San Francisco. Horas después, los vecinos, indignados, han pedido la intervención del ayuntamiento.
Reunión extraordinaria de la Junta Local de Seguridad
De resultas de la reunión entre los representantes del barrio y Celia Lledó, Adela Serra y Juan Carlos Pedrosa, se ha convocado de manera urgente una reunión de la Junta Local de Seguridad para este mismo lunes. La Junta, compuesta por representantes municipales, policiales y judiciales, deberá tomar alguna medida al respecto, porque algunos vecinos especialmente los familiares y amigos del joven agredido ya están madurando la idea de tomarse la justicia por su mano.
Asamblea de Vecinos
Por su parte, los vecinos han sido convocados a una asamblea urgente esta misma mañana, en la que los directivos de la asociación les han informado de lo tratado con el ayuntamiento. La indignación crece por momentos y no pocas voces están hablando de expulsar a los búlgaros por las buenas o por las malas. En cualquier caso, los vecinos del barrio, gitanos y payos, coinciden en destacar que no nos encontramos ante un caso de racismo ni nada parecido: En el barrio convivimos gitanos, payos, musulmanes, rumanos, búlgaros
. y no pasa nada. El problema de esta gente es que ni sabe convivir ni respeta a quienes vivimos aquí.
Así las cosas, algunos habitantes del barrio han señalado a EPdV que los miembros de estas dos familias búlgaras viven hacinados en dos pisos de 60 metros cuadrados (durmiendo en galerías y balcones por falta de espacio), en los que además almacenan chatarra de dudosa procedencia. Igualmente, relatan que roban en fincas y huertas y luego intentan vender a los vecinos todo tipo de frutas y verduras, y también otros productos de los que sospechan que pueden haber sido robados en otras zonas de Villena, así como tienen instalado un taller mecánico de coches en plena calle, algo totalmente prohibido.
Por el momento, los únicos actos violentos han sido los realizados por los súbditos búlgaros, a los que, dada su condición de comunitarios, no se les puede negar el derecho a vivir en cualquier lugar de la UE. No obstante, algunos vecinos, muy airados, han señalado que como las medidas tomadas por el ayuntamiento no sean lo expeditivas que la situación requiere, serán ellos mismos los encargados de echarles del barrio y de Villena, porque lo que no queremos hacer es quitarnos un problema y pasárselo a otros: esa gente sobra aquí y los vamos a tirar por las buenas o por las malas, concluyen.