El bombeo del agua del Júcar que se pudre en la balsa de Villena cuesta dos millones de euros
Dos millones de euros ha costado la factura eléctrica que permite elevar hasta Villena los 12 hectómetros cúbicos de agua del Júcar captados en el azud de la Marquesa de Cullera y que amenazan con pudrirse en el Vinalopó por la negativa de los regantes alicantinos a usar el agua que proviene de la desembocadura del Júcar. Trasvasar el agua del Júcar al Vinalopó no es gratis y cada metro cúbico que llega de Cullera a Villena cuesta 0,15 euros de transportar.
Un gasto inexplicable si se tiene en cuenta que el agua no se utiliza en el Alt Vinalopó y según los técnicos acabará pudriéndose porque permanece estancada desde hace aproximadamente un mes, cuando concluyó el trasvase de los primeros 12 hectómetros cúbicos entre Cullera a Villena y no hay visos de un inminente acuerdo para usar el agua de la balsa de San Diego.
El trasvase Júcar-Vinalopó concluyó oficialmente hace unos siete meses y ha costado cerca de 400 millones de euros. Pero la distribución del agua sigue bloqueada debido al litigio judicial que mantienen el Ministerio de Medio Ambiente y el Consell, que ha impedido conectar el trasvase con las tuberías del postrasvase construidas por la Conselleria de Agua, cuyas competencias se acaban de agregar a las de Agricultura y que pasan a estar dirigidas por Maritina Hernández. Los regantes de Alicante consideran que el agua que les llega desde Cullera no tiene suficiente calidad y siguen sin resolverse las cuestiones más espinosas: el precio y la calidad del agua que se bombea desde Cullera.
Los regantes exigen que se garantice la calidad
La Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó ha remitido una carta al secretario de Estado de Medio Ambiente, Josep Puxeu, en la que abre la puerta a utilizar los 12 hectómetros cúbicos de agua que se embalsan en Villena (San Diego) para poder inaugurar así el trasvase el Júcar-Vinalopó. El único requisito que reclaman los regantes es que les presenten análisis que garanticen que el agua se pueda utilizar para regar y beber. A partir de ahí, y si todo va bien, la Junta comenzaría a negociar las tarifas del trasvase.
Autores: C. Alós / F. J. Benito
Fuente: Levante - EMV