El brote de grafiosis obligará a talar algunos olmos del Camino de San Juan
El edil de Medio Ambiente, José Tomás Molina, ha comparecido para informar de las medidas que se están tomando ante el brote de grafiosis que afecta a los olmos ubicados en la huerta de Villena. Algunos se podrán salvar, aunque tendrán que ser podados. Posiblemente una veintena hayan de ser talados.
La grafiosis es una enfermedad fúngica, producida por un hongo transmitido por un pequeño insecto. Éste transporta las esperas del hongo y suele instalarse en la corteza de los olmos, donde construye galerías para poner sus huevos al tiempo que transmite la espora. La enfermedad es agresiva y se transmite con mucha rapidez, generando una toxina y taponando a la vez el sistema bascular del árbol, que acaba colapsando. El insecto es muy difícil de localizar por su tamaño, de 4 a 6 milímetros, y en condiciones óptimas de temperatura puede reproducirse hasta 4 generaciones por temporada. Afortunadamente, decía Molina, no suele volar más allá de 3 o 4 kilómetros, porque lo que no puede extender la enfermedad en un radio muy grande.
Según el edil, este contagio puede deberse al debilitamiento de los olmos, árboles ribereños crecidos junto a ramblas o acequias ahora en desuso, porque lo que el árbol no recibe toda el agua que necesita y se encuentra demasiado débil para hacer frente al invasor.
Tala, troceado y quema
El concejal y los técnicos municipales, así como técnicos de Conselleria y el Ministerio han inspeccionado la zona y elaborado unas propuestas de actuación, entre las que se encuentran la colocación de trampas con feromonas en zonas alejadas de los olmos para intentar desorientar a los insectos machos, la poda de aquellos árboles afectados en menos de un 10%, la eliminación de los olmos más afectados, la rehabilitación de los cursos de agua para fortalecer a los árboles y la fumigación contra estos insectos, que se realizaría con productos que no afectarían ni a los productos de la huerta ni a los animales de sangre caliente.
En cualquier caso, concluía el edil, el brote se ha detectado tarde y ya no vale tomar medidas preventivas, sino curativas. Por eso se ha contacto con un técnico en arboricultura para que presupueste los trabajos de tala, troceado y quema, así como la eliminación de las raíces, de los árboles más afectados, que eran 14 o 15 hace un mes, pero que ahora pueden ser algunos más, lo que tiene un coste de unos 2.500 euros, para lo que la concejalía, que carece de fondos, deberá estudiar si se puede realizar alguna modificación de crédito. Estas labores se ven complicadas porque la inmensa mayoría de los árboles están en terrenos privados, por lo que desde el ayuntamiento se pide la colaboración de los vecinos para facilitar al máximo el trabajo.