El Cabezo Redondo, centro neurálgico de Villena durante el fin de semana
Volver a decir que durante las jornadas de puertas abiertas el Cabezo Redondo es visitado por un gran número de personas, batiendo record de visitas cada año, ya no sorprende a nadie que no haya estado durante este fin de semana en el yacimiento de la Edad del Bronce de nuestra localidad. Lo verdaderamente cierto es que un año más, y sin tener valoraciones oficiales todavía, este domingo observamos más público que en otras ocasiones.
Quizás haya sido por la hora en que realizamos la visita este año, las 11.00 horas, pero la afluencia de visitantes nos pareció muy superior que en años anteriores. La fidelidad con que los habitantes de Villena cumplen con las jornadas de puertas abiertas contrasta con la visita de personas de nuestra comarca, movidas por los hallazgos que cada año salen a la luz durante las excavaciones, realizadas por estudiantes y licenciados universitarios bajo la supervisión del catedrático de Arqueología de la Universidad de Alicante, Mauro Hernández, y la directora del Museo Arqueológico José María Soler de Villena, Laura Hernández.
Las diferentes piezas encontradas estaban expuestas a la entrada del recinto, como todos los años, sobresaliendo de entre ellas, al igual que el año pasado, una pequeña pieza de oro similar a las que componen el Tesorillo de Villena, expuesto en el museo de la ciudad. Restos de fauna, contrapesas de telares, piezas de cerámica, puntas de lanza en bronce y utensilios caseros han completado los hallazgos realizados en estas jornadas 2009.
Pero antes de acabar me gustaría resaltar la gran implicación de los chavales que trabajan, sin remuneración, en las excavaciones. ¡Son el alma de las jornadas de puertas abiertas!, pues su profesionalidad, simpatía y conocimiento del lugar hacen la visita amena, ágil y sobre todo dinámica. También destacar de las visitas la gran cantidad de niños que asisten, acompañando a sus padres, pues con sus preguntas, sin tapujos y en ocasiones comprometedoras, sobre el lugar donde trabajan los voluntarios permite a los padres y visitantes obtener información que quizás por vergüenza no se atreven a preguntar.