El cartel de Fiestas
Junto con el trajín de los preparativos, importante heraldo de las Fiestas siempre ha sido el cartel anunciador
Junto con el trajín de los preparativos, importante heraldo de las Fiestas siempre ha sido el cartel anunciador. Hace años, siendo alcalde Vicente Rodes Amorós, contagiándonos su gran sensibilidad artística y emulando la costumbre alcoyana que vive la presentación del cartel de Fiestas poco menos como si se tratara de una aparición mariana, quiso dotar de más importancia en Villena al hecho de hacerlo público, presentándolo en loor de multitud. Como en Alcoy.
No sé si terminó de cuajar con éxito su voluntad. En las Fiestas, que tanto se importa como se exporta, que tanto se ha importado como se ha exportado, hay cosas que maridando bien con el carácter de los paisanos triunfan. Otras… Otras no cristalizan, fracasando o pasando desapercibidas.
Respecto a los carteles de fiestas, en aquellos años en los que crecíamos no hemos podido aclarar si salieron siempre a concurso. Sí nos consta en 1973. Y también, gracias a las pesquisas de José Ángel Silva Reus –Pepe Silva– sabemos que en 1968 hubo concurso. Lo sabemos por un documento de 2008 de Ferretería Ferri conmemorando "40 años de Fiestas" a través de los carteles. En 1968 lo ganó precisamente Vicente Rodes Amorós, quedando en segundo lugar Restituto López Hernández.
En esta búsqueda agradecemos a todas las personas que atendieron nuestra consulta, especialmente a Santiago Hernández Reig –Santi, de VILLENA CUÉNTAME–, a José Ayelo Pérez –Pepe Ayelo, director de la Kakv– y muchísimo a Vicente Prats García que sobre los carteles de Fiestas nos proporcionó un documento precioso del archivo familiar que corrobora los muy buenos hábitos investigadores de los Prats Esquembre, Vicente y Francisco.
De aquellos carteles, nos importa por lo que nos viene importando en este Bien estamos, estamos, el de 1973, realizado por Agustín Llopis Martínez. Un lujo por tratarse de un ilustrador con un excelente currículum cartelista tanto en las Fallas como en los Moros y Cristianos, sobresaliendo también en proyectos de diseño internacionales.
Aquel año, de la mano de Llopis fue el cartel del arcabuz. Un arcabuz compuesto por una culata con rostro cristiano y un cañón con rostro moruno. Un cartel llamativo por aquello de que en un golpe de vista transmite la idea principal. En este quedaba claro que se trataba de Moros y Cristianos en Villena, lo que más. También, algo menos, que eran fiestas de interés turístico. Y un poco menos, que lo eran en Honor de Ntra. Sra. María de las Virtudes del 4 al 9 de septiembre de 1973.
Habrá que entretenerse algún día para precisar en qué año o en qué años lo de Fiestas de Moros y Cristianos fue sobresaliendo sobre lo de Fiestas en Honor de Ntra. Sra. María de las Virtudes o variantes. Ahí lo dejo para festerólogos interesados en nuestras Fiestas. El cartel de 1973 nos gustó porque en un solo elemento funde la dicotomía morocristiana. Al cabo, la Fiesta de Moros y Cristianos más allá de simular una pugna entre rivales es fiesta conciliadora.
Venimos escribiendo Fiestas con mayúscula temiendo caer actualmente en imprecisión. Porque es verdad que hace años, decir las Fiestas en Villena no exigía precisar de qué fiestas se trataba; todo el mundo tenía claro que se trataba de las de septiembre, Fiestas de Moros y Cristianos en honor a la Patrona, Ntra. Sra. María de las Virtudes. Hoy la Villena festera, más allá de los Moros y Cristianos, estalla en otros periodos del año, destacando y consolidándose como atracción turística. Las del Medievo, por ejemplo. Y lo más importante en toda fiesta, implicando a la ciudadanía, fomentando la convivencia al margen de ideas políticas. Bendita sea.