El centro de educación de adultos de la cárcel de Villena recibe un premio nacional
El Centro de Formación de Personas Adultas La Atalaya, de Villena, ha recibido uno de los principales galardones de los premios Miguel Hernández, que desde 1991 reconocen la labor de instituciones, entidades o centros que ofrecen una educación permanente innovadora y de calidad a las personas adultas.
Más concretamente, el CFPA La Atalaya ha sido galardonado con el tercer premio y Mención especial Julián Sanz del Río por su proyecto de alfabetización de adultos mediante nuevas tecnologías en el centro penitenciario.
En esta edición, el primer premio Miguel Hernández ha sido para el centro Mercè Rodoreda, por un proyecto que presenta un nuevo modelo educativo encaminado a atender la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los alumnos que asisten a los centros de formación de personas adultas. Con el segundo premio ha sido distinguida la Fundación Adunare, de Zaragoza, que ofrece una segunda oportunidad a jóvenes adultos de 16 a 26 años que abandonaron la educación antes de alcanzar la segunda etapa de la Educación Secundaria.
En la ceremonia de entrega, el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha pedido "hacer esfuerzos para proseguir en una senda en la que estos últimos años hemos conseguido buenos resultados" y ha citado la tasa de abandono escolar que por primera vez se ha situado por debajo del 20 por ciento. En su discurso, el ministro en funciones ha asegurado que "la educación de las personas adultas requiere toda nuestra atención", ya que "es fundamental que el sistema educativo ofrezca a los mayores ampliar sus conocimientos y aptitudes para el desarrollo personal, social y profesional".
El Centro Público de Formación de Personas Adultas La Atalaya fue creado en 2007 por la Conselleria de Educación para garantizar a la población reclusa de la cárcel de Villena la posibilidad de acceso a la formación, ya que supone una vía eficaz para su reinserción sociocultural. Hasta ese momento, la atención educativa a los reclusos se proporcionaba a través del Centro Público de Formación de Personas Adultas Arco Iris, también de Villena.
