Abandonad toda esperanza

El cómic también entiende

Abandonad toda esperanza, salmo 372º
A veces cuando menos programas las cosas, mejor te salen: me pasó cuando para inaugurar mi blog elegí de entre todos los días del año el 17 de mayo sin saber que era el Día Internacional de Internet (más tino, imposible), y sin ir más lejos me pasó el viernes de la semana pasada, cuando les recomendé con fervor el film Laurence Anyways sin tener en cuenta que era el Día Internacional del Orgullo LGBT. De todas formas, de haberlo sabido con antelación quizá habría elegido recomendarles una serie de cómics que no quiero dejar de mencionar hoy, sea el día que sea, y que demuestran que el tebeo de temática gay es mucho más que Ralf König. Para empezar, un título que será la sensación de la cartelera del próximo otoño. Y es que en el último Festival de Cannes, el jurado presidido por Steven Spielberg decidió otorgar la Palma de Oro a La vie d’Adèle, primera adaptación de un cómic en recibir semejante galardón. Aunque la novela gráfica en cuestión, El azul es un color cálido de Julie Maroh, se editó hace ya un par de años, la editorial Dibbuks ha estado al quite y la ha reeditado aprovechando la noticia. Así pues, y mientras esperan ansiosos como yo el estreno del film, les recomiendo lean la obra que le da origen: se trata de un magnífico relato intimista en el que una adolescente, Clementine, descubre su condición homosexual tras conocer a Emma, una chica con el pelo teñido de azul. Y no, ninguna de las dos se llama Adèle: el cineasta Abdellatif Kechiche y su equipo decidieron cambiarle el nombre a la protagonista... y alargar la historia, porque el film dura tres horas y se anuncia como primera entrega de una saga. Como ven, la historia daba para mucho...

También en 2011 se publicó una novela gráfica espléndida que todavía no había tenido la oportunidad de recomendarles, de contenido afín aunque basada en hechos (lamentablemente) reales... El guionista Luca de Santis y la dibujante Sara Colaone recogen en el cómic En Italia son todos machos uno de los episodios más polémicos de la Italia del siglo XX: el confinamiento en islas, durante los años que fueron de 1938 a 1943, de todos aquellos hombres acusados de "pederastia" (esto es, de ser gays) y detenidos por la fuerza policial de Mussolini. Un capítulo vergonzante de aquella nación que muy pocos (los historiadores o los que hayan visto el film de Ettore Scola Una jornada particular) conocen y menos aún, de los que quedan vivos de aquel entonces, pueden y quieren recordar de primera mano. El resultado es un cómic reportaje documentado y revelador.

Todavía menos reciente que estos títulos, pero que pese a ello o precisamente por esa misma razón no merece caer en el olvido, es Wendel. Su autor, Howard Cruse, es más conocido hoy por la novela gráfica Stuck Rubber Baby, pero esta serie creada en los años 80 y que relata las peripecias de la pareja formada por el aspirante a escritor Wendel Trupstock y el aspirante a actor Ollie Chalmers fue durante mucho tiempo su obra más personal y uno de los primeros títulos en abrir camino al tebeo de temática homosexual. Tengan en cuenta que aquella fue la era Reagan-Bush Sr., dos legislaturas republicanas consecutivas que hicieron todo lo posible por pisotear los derechos civiles de la comunidad gay. Eran tiempos difíciles, y lo de Cruse era casi una hazaña heroica. Afortunadamente, un cómic como El azul es un color cálido triunfa hoy sin que la condición sexual de su protagonista, aunque determinante en el relato y excusa perfecta para que yo les recomiende hoy su lectura, sea noticia.

El azul es un color cálido, En Italia son todos machos y Wendel están editados por Dibbuks, Norma y La Cúpula respectivamente.

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