Cartas al Director

El coño de la Bernarda y el pito del sereno

Resulta llamativo comprobar cómo los dichos populares pueden combinarse para ofrecer nuevos significados cargados de un estimulante erotismo. Y más aún, confirmar su abrumadora vigencia cuando se aplican a la actualidad política municipal.
El origen de la expresión “el coño de la Bernarda” no está claro. Se desconoce si se trata de un personaje real o ficticio y si esta mujer se dedicaba a la prostitución o a la curandería, usando sus genitales para ganarse la vida. Sin embargo, lo importante es que ahora sirve para hacer referencia a algo desorganizado que genera barullo y termina convirtiéndose en un cachondeo. Por supuesto, sin afán machista, supongamos que hablamos de las actuaciones del equipo de gobierno.

Más claro parece que los serenos hacían sonar su silbato para avisar a la policía de posibles situaciones de peligro en las calles. Al terminar siendo tan recurrente, las fuerzas del orden dejaron de hacer caso porque muchas veces los pitidos solo respondían a falsas alarmas. Ahora se utiliza como sinónimo de ninguneo, no tener en cuenta ciertas opiniones o, incluso, abusar de la buena fe. Por supuesto, sin afán feminista, supongamos que es así cómo el equipo de gobierno trata a la ciudadanía y a la oposición.

Atendiendo solo a tres noticias de ámbito local que se han publicado recientemente, se podría pensar que los Verdes están poniendo en práctica la estrategia del “coño de la Bernarda y el pito del sereno”. Las interpretaciones y las opiniones se pueden compartir o no, pueden ser erróneas o no, pero siempre serán libres a pesar de todo.

El borrador de los nuevos pliegos del servicio de recogida de basuras, transcurrido los diez días prometidos por la edil responsable, siguen sin compartirse con la oposición y el tejido asociativo. Teniendo un margen de 6 meses estipulados por sentencia judicial para dar una solución al asunto, no se puede improvisar de este modo ante un grave problema con consecuencias que afectan a la tramitación administrativa, al erario público y a la salud de los vecinos y las vecinas. Por cierto, estamos a mediados de mayo y los presupuestos municipales, a pesar de la mayoría absoluta, ni están ni se les espera. Otra promesa no cumplida.

La concesión de la arracada de oro 2016 se ha demostrado cinco meses después que pudo ser precipitada y, tal vez, con efectos subsidiarios que respondían a compromisos adquiridos. No se entiende que en el mes de mayo de 2017 el premiado haya realizado una donación de piezas del Chicharra mucho más importante que la que, en un principio, le hizo merecedor del galardón. Un reconocimiento institucional no debería supeditarse a presuntos canjes, pues supone un desprestigio y genera posibles dudas y sospechas sobre la decisión adoptada finalmente. Otra cosa es el incuestionable valor histórico del patrimonio ferroviario puesto a disposición del municipio.

El acto de exaltación de las regidoras, sorpresivamente, se celebra este año en la plaza de toros. El motivo, según la edil de Fiestas, es la capacidad del aforo. No sé si la decisión es unilateral o se ha consultado o consensuado con el mundo festero y con la nueva Junta Central de Fiestas. En cualquier caso, estaremos de acuerdo en que el equipamiento y la infraestructura del Teatro Chapí, además de otorgarle más solemnidad, garantiza la calidad del evento por encima de la cantidad de público. Por algo, tras un primer fracaso en la plaza debido a los problemas acústicos, se ha venido llevando a cabo en el teatro durante los últimos años. Ojalá no sea una ocurrencia que, para justificar el uso de la plaza, termine menoscabando y perjudicando la puesta en escena del acto institucional.

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