El derribo de la sociedad actual
He puesto un título que impacta a este artículo, aunque no describe con exactitud lo que pretendo decir. Está claro, que la sociedad española tal como la conocíamos ha desaparecido, o está a punto de hacerlo. La clase media vapuleada y con más quebraderos de cabeza que nunca, por mantener algo de su estatus de bienestar que por derecho tenía.
Los ricos y poderosos, más ricos y poderosos que antes, ya que se están aprovechando de la situación de desgracia de sus semejantes, para sacar el máximo rendimiento. Los políticos o que tienen este oficio, más desprestigiados que nunca. De los banqueros, ni mentarlos, ya que han perdido la poca confianza que los ciudadanos habíamos depositado en ellos; tanto es así, que si pudiéramos meteríamos los pocos dineros que nos quedan, si alguien aun puede ahorrar algo, debajo de un ladrillo, que estaría más seguro, ya que nadie nos ofrecería preferentes.
Esta nueva sociedad que está emergiendo de la ruina económica y moral nos va a hacer más fuertes, nos está enseñando a valorar mejor el dinero, a saber lo que cuesta ganarlo, que cada día es más difícil, porque los trabajos que están ofertando son precarios o del tercer mundo, llegando a trabajar jornadas maratonianas de ocho o diez horas por quinientos euros y cuidado con protestar, que enseguida vas a la calle. Y yo me pregunto ¿dónde están los sindicatos, que no defienden estos abusos a los trabajadores? Otros vividores, que lo único que les interesa es que no les quiten las subvenciones con las que han medrado durante muchos años.
Esto no tiene arreglo, el norte de los políticos esta en otro lugar. Son dirigidos por los poderosos de la Unión Europea y como estamos con la cuerda al cuello, ya que no hay un euro, para hacer frente a todo lo que se debe, pues a achantar y aguantarse, que el sufrido pueblo soporta todo lo que le echen.
Está emergiendo una nueva casta de ciudadanos, todos aquellos que han sido más castigados, que han perdido sus empleos, que les han rebajado sus sueldos, que les han quitado pagas extraordinarias, que les han arrebatado de forma traumática sus derechos laborales defendidos durante muchos años, aquellos que están puteando psicológicamente, para que trabajen más por menos sueldo. O sea, hemos vuelto al tercer mundo, hemos vuelto a la precariedad que tuvieron en su momento nuestros abuelos. Hemos vuelto a apreciar lo que vale un trozo de pan. Valores que habíamos perdido, pero que tampoco echábamos de menos.
Manuel Esteban Lozano