El día después
Una cosa que tengo clara es que seas o no católico, creas o no en Dios, o que ni fu ni fa, el último domingo de agosto estoy seguro de que a todos nos entra un cosquilleo en el cuerpo al ver a Nuestra Morenica que como todos los años viene a Villena en una gran romería.
Sigamos creyendo o no, este año ha sucedido un milagro en Villena. Recordemos los días anteriores al domingo: el viernes y el sábado. El tiempo fue de lo peor que he visto este año, incluyendo todas las estaciones (otoño, invierno, primavera y verano). Fuertes vientos huracanados, lluvia que aparecía y desaparecía... un verdadero desastre. Pero llegó el domingo y, aunque con un poco de viento, todo volvió a su cauce, el pasacalles y sobre todo la romería se realizaron con la normalidad de todos los años. La gente con la que hablas durante el domingo suele decir que la culpa de este cambio climatológico en tan pocas horas y pasar de un tiempo totalmente negro a uno medio bueno la tiene la Morenica. Lo gracioso y a la vez extraordinario hubiese sido que hubiésemos mirado hacia Biar, Caudete o Yecla y hubiéramos visto un cielo negro y que el temporal no hubiese acabado en estos pueblos. Entonces rápidamente hubiese cogido la Biblia y me hubiera ido a predicar el Evangelio, así de claro. Bueno, milagro o no, la Virgen pudo venir a Villena sin ningún problema y ya descansa en la Iglesia de Santiago.
Y ya estamos en el día después del milagro, el día después de la romería. Hoy empiezan las fiestas en Villena, la Virgen está con nosotros y empieza la Novena. No creo que haga falta recordar que las fiestas son en honor a la Virgen y que no son todo desfiles, aperitivos, verbenas..., también existen otros momentos para recordar a seres queridos que no están o pedir por los que están en compañía de Ella, y la verdad, esos momentos son mucho mas placenteros que otros. La verdad es que hay tiempo para todo, hay tiempo para la diversión y para la nostalgia, y sobre todo hay mucho tiempo para la alegría.
Yo la verdad que con el paso del tiempo voy creyendo menos, pero eso sí, a mi Morenica que no me la toquen. Quiero seguir año tras año sintiendo ese cosquilleo en el cuerpo cada vez que la veo y que estoy seguro que la mayoría de vosotros también lo sentís. En dos semanas se marchara otra vez al Santuario, pero no dejaré de ir a visitarla porque Ella es el alma de las fiestas, es el alma de Villena.
Felices Fiestas.