El embalse de San Diego no se reparará hasta 2021
El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente mantiene su escaso nivel de inversión en infraestructuras hídricas en la Comunitat Valenciana. La Confederación Hidrográfica del Júcar vuelve a perder presupuesto y pasa de 8.680,56 millones a 8.471,05. Otro buen ejemplo de la penuria inversora es la partida dedicada a la reparación del embalse regulador del trasvase Júcar-Vinalopó, construido en Villena.
La gigantesca balsa de San Diego tiene fugas que impiden su pleno aprovechamiento, pero el ministerio solo prevé emplear este año 50.000 euros en su reparación y anuncia inversiones de 6,4; 17,4 y 14,07 millones en 2019, 2020 y 2021 respectivamente.
Esta infraestructura, con un volumen de embalse de 20,7 hm3, sirve para regular los caudales procedentes de la conducción Júcar-Vinalopó y tiene un objetivo ambiental, paliar la sobreexplotación de los acuíferos, algo que no cumplirá mientras siga parada. La balsa es la segunda más grande de Europa y permite a sus usuarios ahorrar en el coste energético del bombeo del agua en los meses de demanda. El PP dio viabilidad legal al trasvase en 1998, en 2001 se licitaron las obras, el PSOE las acabó y en 2009-2010, después de la autorización por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, en la fase de puesta en carga (llenado) evidenció fugas muy importantes y falló la ingeniería.
Tras años sin invertirse un euro en esta enorme infraestructura supuestamente ubicada sobre una geología impermeable, en la actualidad funciona únicamente el pequeño extremo del talud, de un metro de alto.