Sociedad

El embalse de Villena regulador del trasvase del Júcar estará acabado a final de año

El último tramo del trasvase del Vinalopó, el del embalse regulador de las aguas, situado en Villena, en el paraje de los Alorines, estará totalmente finalizado antes de Navidad, según explicó ayer la sociedad pública Aguas del Júcar y la dirección facultativa de la obra que ejecuta la unión temporal de empresas formada por Sacyr y Cleop. Pese a que cuatro tramos de la obra se suspendieron, los tres finales -La Font, el embalse de San Diego y la central hidroeléctrica de los Alorines- han seguido adelante el último año.
El embalse regulador de San Diego pasa por ser el principal de los tramos de la transferencia hídrica. Junto al primer tramo del bombeo de aguas en la toma antigua de Cortes de Pallás, que definitivamente se convertirá en una central eléctrica reversible (hoy ultiman detalles Aguas del Júcar y la compañía Iberdrola), la balsa de San Diego es el más costoso económicamente.

A 31 de mayo pasado, se había ejecutado ya obra por valor de 33 millones de euros de un presupuesto de adjudicación de 40 millones de euros, lo que representa un 82,5% de la inversión total. Dentro de su tipología (respecto medioambiental y uso de materiales alternativos al hormigón en el dique), es el tercer mayor embalse por dimensiones de toda España, tiene una capacidad de 20 hectómetros cúbicos. Las obras del dique están prácticamente finalizadas, según comprobó ayer este diario. La dirección facultativa asegura que a final de año estará concluida la obra pública, después de que ahora se esté avanzando en la cámara de válvulas donde llega el tubo de entrada y de salida del agua.

Desde las constructoras aseguran que, lejos de suponer algún impedimento de tipo técnico, el retraso que ha sufrido el proyecto (mínimo de un año desde la suspensión temporal del resto de tramos hasta la adjudicación del trazado alternativo anteayer) permitirá consolidar la impermeabilidad del embalse, conseguida en base a cuatro tipos morfológicos de materiales y tierras.

La altura del dique con respecto al fondo de la balsa es de 23,75 metros mientras que con respecto al terreno circundante la altura máxima es de 36 metros. En el interior del dique se han dispuesto materiales margosos y arcillosos, que garantizan su impermeabilidad. La parte superficial del dique se ha recubierto con escollera para protegerlo del oleaje y de los agentes atmosféricos. La parte exterior del dique será plantada de especies vegetales autóctonas. De momento, las constructoras ya han recubierto las laderas con manto de tierra enriquecido, previo a la plantación de la capa vegetal en noviembre próximo. Estas actuaciones, que fueron subrayadas por la ministra Narbona en su visita a la zona el pasado mes de noviembre, permitirán reducir el impacto ambiental. En la construcción se han empleado 7 millones de metros cúbicos de tierra, la mayor parte de la cual se ha obtenido de la excavación del vaso. Junto a la balsa se construyen dos edificios para su administración y explotación.

Durante la construcción, iniciada en abril del 2004, no se ha registrado ni un sólo accidente laboral grave. El único incidente fue el aterrizaje de emergencias de un ultraligero ocupado por un francés y su pareja al observar la inmensa planicie de 100 hectáreas.

Fuente: Diario LA VERDAD
Autor: BERNAT SIRVENT

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