El español más español del 23J
Conforme íbamos entrando en el colegio electoral nos dábamos cuenta de que aquel hombre era mucho más español que nosotros…
Conforme íbamos entrando en el colegio electoral nos dábamos cuenta de que aquel hombre era mucho más español que nosotros. Tal era la españolidad que destilaba, que yo mismo pude observar, con mis ojos apátridas, como alguno votantes, ante tamaña demostración de propiedad absoluta de la estirpe, empezaban a dudar de su propia nacionalidad y se quedaban mirando un rato su D.N.I. para comprobar que, efectivamente, habían nacido en Argamasilla de Alba y ese pueblo pertenecía a una de las provincias de la patria de Cervantes.
Pero, cuando estás ante alguien que posee todas las cualidades y profesa las creencias con las que se adorna un buen patriota, el hecho de tener un carnet de identidad no te convierte, per se, en un aborigen tan auténtico como quien abraza la verdad absoluta del absolutismo. Esas credenciales del alma de los que cantan el himno nacional antes de irse a la cama con la mano estirada y el cara al sol antes del desayuno, te hacen empequeñecer ante su presencia.
¿Quién puede igualar las virtudes de quienes aseguran que hay que cerrar fronteras y vivir de lo que den nuestras tierras labradas, sembradas y cosechadas sólo con las manos blancas de los descendientes de La Reconquista? ¿Quién es tan fiel a una nación como el que trabaja sin emitir facturas ahorrando impuestos a los ciudadanos y, sobre todo, a sí mismo, contribuyendo de manera ejemplar al sostenimiento de las cuentas del reino? ¿Quién es más español que el que justifica los ataques de los guardianes de la moral a los domicilios en donde cuelgan banderas arco iris para hacer regresar al redil de las buenas costumbres a bolleras y maricones? ¿Quién es más fervoroso que el que justifica la intervención de matones para expulsar de un piso a una familia y devolvérselo al banco que lo tiene cerrado esperando a que suban los precios para ponerlo en el mercado?
¿Quién es mejor vasallo del rey que el que defiende el ideario de un partido que bajará los impuestos a los españoles para que con los 100 o 200 euros que nos ahorraremos cada año podamos elegir libremente el médico que nos operará, la universidad a la que acudirán nuestros hijos y hasta el profesor de artes marciales que nos enseñará a defendernos de los rojos?
¿Quién es más heredero del Cid Campeador que el que niega todas esas gilipolleces del calentamiento del planeta, el efecto de las vacunas y todas las mentiras de las feministas que aseguran que cobran menos por el mismo trabajo y que son asesinadas por los hombres sin que a la sociedad se le caiga la cara de vergüenza?
¿Quién ama tanto a España como los que aseguran que hay que quitar todos los chiringuitos y las ayudas porque la bandera te calienta en invierno, te abanica en verano, te sirve como techo cuando estás sin hogar en la calle y te alimenta cuando no llega el sueldo? ¿Quién es más heredero de Pemán que el que nombra consejero de cultura a un torero? ¿Quién necesita estudios si es nieto de los que proclamaban con orgullo: “¡Que inventen ellos!”?
Aquel hombre era mucho más español que nosotros. Ocupó su lugar de vocal en la mesa calzado con unas chanclas de estar por casa -ya que presumía que a partir de las nueve de la noche todo lo que pisara sería ya “su casa”-, sus pantalones cortos y la sonrisa espléndida del que ganó el partido… Y aquella gran enseña dibujada en el pecho del polo de verano y en la vuelta del cuello de tela que levantaba para mostrar a todos “su bandera”. La prueba fehaciente del desprecio a los moros, “panchitos”, diferentes y a la gran mayoría de la gente que sobra porque no piensa como ellos.
Aquel hombre, al que le costaba encontrar en los listados al votante porque no se llevaba muy bien con el orden alfabético, acudió ilusionado a las últimas elecciones; ese momento culminante de la historia en el que el pueblo soberano iba a tomar la decisión de acabar con la democracia y poner su destino en las manos de unos cuantos elegidos para la gloria de ponerse al timón de una España desnortada. Pero, seguramente, más ilusionado al olfatear un puestecito en la administración que le permitiría madrugar menos.
Lucía una pulsera que tuvo que quitarse para no infringir la ley y con la energía que da saber que se está en el lado correcto de la historia, señaló su pecho y su bandera y nos aseguró ir vestido así porque él era mucho más español que nosotros… Al final del recuento de los votos, los demás habíamos crecido bastante como españoles y él había menguado algo; hasta el punto de empezar a parecer un español como nosotros. Y aquello estaba bien.
Posdata: En algún momento de la tarde un español bastante español que fue a votar, me dijo sonriente y campechano que lo que hacía falta era otro Franco. Yo le contesté aún más sonriente, y campechano borbónico total, que no necesitaba a un señor así para nada y que si él lo deseaba tanto, que lo fuese a buscar a cualquier estercolero y se lo llevase a su casa. Pero este no cuenta como español más español de la jornada, solo como el tonto del día.
Por: Felipe Navarro
Lo bueno de que vaya a gobernar la extrema izquierda es que los recortes a hacer no harán que arda la calle.
Serán harán con el mismo arte que nos tuvieron encerrados. Y la gente igual de dócil
Yo también ví al español ese , hay que joderse que español que era, la verdad sentí un poco de vergüenza ajena , y lo conocía ( o eso creía), ya no lo hará más.
Pues para haber ido a votar, menudo análisis, conocimiento del individuo y de su historia y pensamientos.
Alegato de lo malos que son los que piensan equivocadamente o no que aman más a su país que otros que le demuestran odio mientras se abrazan a los asesinos de más de 800 españoles.
No hay nada como ponerse una pulsera para que muchos autocratas se crean con derecho de hacerte un perfil psicológico.
No conozco al de las chancletas, pero posiblemente este tranquilo en su casa sin meterse con nadie y sin jugar a valorar a los que tienen el derecho a pensar diferente a el.
La extrema izquierda ha subido las pensiones más del ipc.. La extrema izq. Ha subido el Salario min. 1080 euros.La extrema izquierda ha creado el record DE TRABAJOS FIJOS EN ESTE PAIS QUITANDO LA MIERDA DE LEY DEL SEÑOR M.RAJOY QUE SEGÚN LOS PAPELES DE BARCENA NO SE SABE QUIEN COÑO ES ESTE H…….La extrema izq. Defiende todos los Españoles eterosex. homosex. Gay..etc…
Y MÁS Y MAS…NO MAS PP CORRUPCIÓN FALSEDAD Y ENGAÑAR AL PUEBLO..LO MALO QUE MUCHOS NO RECUERDAN…
Ayer una ciega española se quedo sin plaza para los paraolimpicos.
Una anciana falleció en el asilo de Elche y no en su casa porque hace 4 años la mujer que la cuidaba le ocupó el piso mientras era operada de cataratas.
El sábado en una discoteca de Barcelona era agredida sexualmente una chica, por un beneficiado de la ley «solo si es si «.
Añade estas victorias al listado de méritos de la ultraizquierda.
Por cierto se me olvidó.
La ciega perdió una carrera ante lo que llamáis una mujer trans.
Más vale que condenes el comunismo que tanto te gusta y dejes de publicar tonterias. En fin.
El comportamiento de Felipe es predecible y cliché. Aprovecha la creación de una plataforma local en defensa de las pensiones, que en principio debería ser apolítica, para difundir su ideología política y promocionar sus obras de teatro como si fueran grandes estrenos de Hollywood, aunque al resto de la población nos importen poco o nada sus mediocres habilidades como actor.
Felipe forma parte de listas de partidos políticos con la intención de «gobernar» en Democracia, presumiendo de moralidad, pero la realidad es que le queda grande esa palabra. Aboga por los derechos y la libertad de pensamiento, pero en realidad es una gran farsa. No tiene interés en dialogar con personas que tengan opiniones diferentes a las suyas, considerándolas automáticamente fascistas o retrógradas, mientras él se cree poseedor absoluto de la verdad y la sabiduría.
Despectivamente, Felipe etiqueta a 9000 votantes de Villena como derecha rancia que no merece representación parlamentaria, ignorando que esta actitud intolerante es parte del problema. Además, minimiza los errores y escándalos de su propio partido y líderes mientras critica con ferocidad a otros partidos políticos.
En su afán de destacar con su partido de izquierdas, que supuestamente tiene todas las respuestas correctas, Felipe no ve la hipocresía en algunos de sus líderes, quienes pasaron de ser clase obrera a vivir en mansiones y aumentar considerablemente su patrimonio. Pero para él, esto es aceptable por ser de izquierdas.
Mientras critica el capitalismo, Felipe no reflexiona sobre el endeudamiento que su política genera, afectando a las futuras generaciones. Habla de generosidad con las pensiones, pero es insolidario al no considerar cómo afecta su política a la deuda que dejará a los jóvenes.
Felipe ignora o elude el hecho de que la tecnología reducirá el número de funcionarios, lo que impactará en el empleo y el consumo, pero prefiere no afrontar esa realidad.
Critica el uso de la tecnología, pero sin dudarlo, querrá acceder a las mejores máquinas médicas para su propio beneficio en caso de necesitarlas, sin reflexionar sobre la contradicción en su postura.
En cuanto a la inmigración, Felipe no toma en cuenta los gastos que conlleva para el estado y cómo una falta de regulación podría afectar negativamente al estado de bienestar que tanto valora. Ignora las evidencias que señalan cómo la inmigración no siempre soluciona el problema de las pensiones.
Felipe parece incapaz de razonar de manera objetiva, mientras la izquierda sí lo hace. El problema radica en algunos fanáticos ideológicos que han transformado la política en una nueva religión, cerrándose a cualquier diálogo y utilizando etiquetas para descalificar a aquellos que no comparten sus ideas.
Pero sobre todo Felipe, habla de negacionistas de las vacunas, intentando imponer que el resto nos chutemos su droga, a pesar de que ha quedado demostrada la inutilidad de la vacuna, él se seguirá llenando la boca, porque su moral es muy superior, y quiere que personas que nos hemos informado con fuentes diferentes pasemos por el aro como marionetas. Todo un demócrata vamos.
En su edad de jubilación, Felipe ha encontrado refugio en la política, aunque su enfoque y comunicados a menudo reflejan lo que tanto critica. Pero, por alguna razón, se considera a sí mismo moralmente superior, simplemente por ser de izquierdas, a pesar de ignorar problemas reales y apoyar líderes con comportamientos cuestionables. Una situación lamentable tanto para él como para España.
Felipe Navarro, todo un aporte de ciencia ficción lleno de estereotipos falsos.
Así que quienes llevan la bandera en la muñeca profesan el absolutismo, cantan el Cara al Sol antes del desayuno, quieren el cierre de fronteras, la autarquía, emiten facturas sin IVA, justifican el ataque a domicilios en los que hay banderas LGTBI, justifican la intervención de “matones” para expulsar a okupas de viviendas de un banco, ……..
Obviamente debes de conocer a mucho “facha” para conocerlos tan bien.
Y añades que llevar la bandera en el polo es prueba evidente de desprecio a moros, panchitos y gente que no piensa como ellos.
Además, te ríes de el por inculto, porque no domina el abecedario.
Eres un pozo de odio, de desconocimiento y de miseria moral.
Ahora, dinos, en Castilla y León, el único gobierno en el que VOX lleva varios meses gobernando, cuantos derechos han perdido los homosexuales, los extranjeros, las mujeres,…
Me había quitado mi pulsera de España durante el verano, me resulta incómoda con el calor, pero después de leer el estercolero de letras que has rejuntado, me la vuelvo a poner. Y no porque me sienta más español que tú, si no porque soy español. Si tu no la llevas, es porque no quieres. Nadie se apropia de la bandera, tú renuncias al derecho a llevarla.